MADRID 23 May. (EUROPA PRESS) -
Un 20 por ciento de los pacientes epilépticos podrían ser candidatos a la cirugía de la epilepsia, una opción terapéutica segura y eficaz en pacientes seleccionados que no han respondido al tratamiento convencional con fármacos antiepilépticos, según ha asegurado la neuróloga especialista en Epilepsia del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid, Cristina Alarcón.
Se estima que actualmente hay en España más de 400.000 personas afectadas por este trastorno del que anualmente se diagnostican más de 20.000 nuevos casos. Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida. En un alto porcentaje de los casos se manifiesta en la infancia y la adolescencia, y después, a partir de los 65 años.
"La epilepsia no es un trastorno mental ni una enfermedad psiquiátrica, sino un problema físico causado por un exceso de actividad eléctrica de un grupo de neuronas (las células cerebrales) que deriva en un mal funcionamiento de las mismas. Las crisis generalmente son breves: de segundos a pocos minutos, tras los cuales, el cerebro vuelve a funcionar con normalidad", ha explicado la experta.
Y es que, prosigue, a pesar de ser una de las enfermedades neurológicas crónicas más frecuentes, aun en pleno siglo XXI, la población general presenta un "gran desconocimiento" de la verdadera situación de los pacientes con epilepsia, lo cual deriva en un "grave estigma".
Además, tal y como ha recalcado Alarcón, la "mayoría" de las personas no sabe que el 70 por ciento de los pacientes con epilepsia pueden llevar una vida normal gracias al adecuado tratamiento con fármacos antiepilépticos.
No obstante, el neurocirujano especialista en Cirugía de la Epilepsia de INEAMAD, Rafael García de Sola, ha señalado que un 30 por ciento no suele responder a tratamiento y en algunos de estos pacientes se plantea la intervención quirúrgica con el objetivo de eliminar las crisis o, al menos, disminuir su frecuencia lo suficiente para obtener cierto beneficio, mejorar su calidad de vida y permitir una mejor adaptación psicosocial y profesional. Por este motivo, la alternativa quirúrgica únicamente se plantea "cuando todo está a favor del paciente".
"Con la cirugía de la epilepsia se pretende eliminar la zona del cerebro donde se originan las crisis, siempre que se haya localizado claramente el foco epiléptico. Antes y después de la resección del foco es muy útil proceder a un registro electroencefalográfico de la corteza cerebral -electrocorticografía-. Con esto se aquilata al máximo la extensión y los límites del foco que se va a extirpar", ha apostillado.
Ahora bien, tal y como ha explicado, este tipo de cirugía no es posible en los casos de "epilepsia multifocal o generalizada, en los que se proponen otros tipos de cirugía que llamamos paliativa, principalmente dos: la sección de cuerpo calloso y la estimulación del nervio vago, siempre adaptado a la situación de cada paciente.
"La cirugía de la epilepsia requiere de una curva de aprendizaje muy elevada porque reclama una destreza y un nivel de precisión por parte del neurocirujano que se adquiere con la práctica. Además, nosotros contamos en quirófano con uno de los neuronavegadores más sofisticados que existen en la sanidad de nuestro país y que nos permite ver en 3D la situación del puntero y una pantalla en la que vemos en todo momento tanto el TAC como la resonancia magnética", ha zanjado García de Sola.