MELBOURNE 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un gran avance a nivel mundial para tratar la hipertensión ha sido probado con éxito en Australia. El ensayo clínico mostró una mejora significativa en la presión sanguínea de los participantes que recibieron un nuevo tratamiento por catéter en el que la medicación disponible para la reducción de la tensión había fracasado previamente.
El director del Centro de Investigación Cardiovascular de la Universidad Monash, el profesor Henry Krum, dirigió la investigación en colaboración con otros centros, con el propósito de desarrollar una nueva técnica quirúrgica que interrumpe los nervios emplazados alrededor de los riñones hasta el punto de reducir drásticamente la hipertensión.
La técnica podría beneficiar a aquellos pacientes hipertensos en alto riesgo de sufrir un ataque cardiaco o infarto provocado por esta condición y que no muestran mejoras con los tratamientos farmacológicos convencionales.
El profesor Krum presentó sus datos en una sesión científica organizada esta semana por el American College of Cardiology y publica sus resultados en 'The Lancet'. Se estima que esta novedad puede revolucionar el tratamiento de los pacientes de hipertensión en todo el mundo, y en especial al 20 por ciento de enfermos que no responden a la medicación.
En el ensayo, se reclutó a un total de 50 pacientes tanto en Australia como en otros países. Para el responsable de la investigación, los resultados son los más significativos en el tratamiento de la hipertensión desde la introducción de fármacos para esta dolencia.
"Esta breve terapia por catéter muestra un excelente perfil de seguridad, ya que no se produjeron efectos secundarios a largo plazo. La terapia basada en la denervación renal propició un importante y persistente recorte en la presión sanguínea, que además fue conseguida en pacientes resistentes a los múltiples fármacos disponibles. Asi, la reducción de la presión sanguínea resultó evidente tan sólo un mes después de ser sometido al tratamiento, se redujo aún más a los tres meses, y luego siguió controlada en posteriores controles", explicó el doctor Krum.
El procedimiento se realiza bajo anestesia local, utiliza energía por radiofrecuencia, y se administra en el área nerviosa elegida a través de catéter. Como resultado, los nervios quedan 'silenciados' en la arteria renal, que suministra sangre a los riñones. Los expertos llevaban tiempo pensando que esta zona era un regulador clave para la presión sanguínea, pero hasta el presente ensayo la teoría no había sido ensayada de forma satsifactoria.