MADRID 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los niños que reciben cuidados infantiles de alta calidad cuando son bebés, niños pequeños y niños en edad preescolar obtienen mejores resultados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas hasta la escuela secundaria, y ese vínculo es más fuerte entre los niños de bajos ingresos, según una investigación publicada por la Asociación Americana de Psicología en la revista 'Developmental Psychology'.
"Nuestros resultados sugieren que la calidad de los cuidados en la primera infancia puede sentar unas bases sólidas para una trayectoria de éxito en STEM --afirma el autor del estudio, el doctor Andrés S. Bustamante, de la Universidad de California Irvine--. Invertir en el cuidado infantil de calidad y la educación de la primera infancia podría ayudar a remediar la subrepresentación de las poblaciones racial y étnicamente diversas en los campos STEM".
Muchos estudios han demostrado que un cuidado de mayor calidad en la primera infancia está asociado a una mejor preparación escolar de los niños pequeños de familias con bajos ingresos. Pero no son tantos los que han analizado cómo los efectos de la atención infantil temprana se extienden a la escuela secundaria, y aún menos los que se han centrado específicamente en las materias STEM, según Bustamante.
Para investigar estas cuestiones, Bustamante y sus colegas examinaron los datos de 979 familias que participaron en el Estudio del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano sobre Atención Infantil Temprana y Desarrollo Juvenil de Estados Unidos, desde el nacimiento del niño en 1991 hasta 2006.
Como parte del estudio, observadores formados visitaron las guarderías y centros preescolares de todos los niños que estaban matriculados durante 10 o más horas a la semana.
Los observadores visitaron las guarderías cuando los niños tenían 6, 15, 24, 36 y 54 meses, y valoraron dos aspectos del cuidado infantil: la medida en que los cuidadores proporcionaban un entorno cálido y de apoyo y respondían a los intereses y emociones de los niños, y la cantidad de estimulación cognitiva que proporcionaban mediante el uso de un lenguaje rico, la formulación de preguntas para sondear el pensamiento de los niños y la retroalimentación para profundizar en la comprensión de conceptos por parte de los niños.
A continuación, los investigadores analizaron el rendimiento de los alumnos en las asignaturas STEM de primaria y secundaria. Para medir el éxito en STEM, examinaron las puntuaciones de los niños en las partes de matemáticas y razonamiento de un examen estandarizado en los cursos tercero a quinto.
Para medir el rendimiento en secundaria, los investigadores analizaron las puntuaciones obtenidas en los exámenes estandarizados y el curso de ciencias más avanzado realizado por los alumnos, el curso de matemáticas más avanzado realizado, la nota media en los cursos de ciencias y la nota media en los cursos de matemáticas.
En general, descubrieron que ambos aspectos de la calidad de los cuidados (más estimulación cognitiva y mejor sensibilidad-responsividad de los cuidadores) predecían un mayor rendimiento en STEM en la escuela primaria tardía (tercer, cuarto y quinto curso), lo que a su vez predecía un mayor rendimiento en STEM en la escuela secundaria a los 15 años.
El cuidado sensible y receptivo en la primera infancia fue un predictor más fuerte del rendimiento STEM en la escuela secundaria para los niños de familias de bajos ingresos en comparación con los niños de familias de ingresos más altos.
"Nuestra hipótesis era que la estimulación cognitiva estaría más estrechamente relacionada con los resultados en STEM, porque este tipo de interacciones sientan las bases de la exploración y la investigación, que son fundamentales en el aprendizaje de STEM", explica Bustamante.
"Sin embargo --prosigue--, lo que vimos fue que la sensibilidad y capacidad de respuesta del cuidador era igual de predictiva de los resultados STEM posteriores, lo que pone de relieve la importancia del desarrollo socioemocional de los niños y los entornos que apoyan las habilidades cognitivas y socioemocionales".
En general, según Bustamante, la investigación y la teoría sugieren que las prácticas de atención temprana de alta calidad apoyan una base sólida para el aprendizaje de las ciencias. "En conjunto, estos resultados destacan la estimulación cognitiva del cuidador y la sensibilidad y capacidad de respuesta en la primera infancia como un área de inversión para fortalecer la tubería STEM, particularmente para los niños de hogares de bajos ingresos", concluye.