¿Exageramos nuestros sentimientos negativos en las encuestas?

Encuesta, sondeo, humor
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Actualizado: martes, 26 diciembre 2017 7:59


MADRID, 26 Dic. (EUROPA PRESS) -

Tendemos a exagerar nuestros sentimientos y síntomas negativos en las encuestas, según muestra un nuevo estudio de un equipo de investigadores de Psicología. Este sesgo desaparece con el tiempo, pero los resultados apuntan a la posibilidad de que las mediciones de salud y bienestar, que son vitales para realizar evaluaciones médicas y guiar la investigación relacionada con la salud, puedan malinterpretarse.

"Comprender la magnitud de este sesgo es esencial para interpretar con precisión los resultados de la encuesta que incluyen informes subjetivos de sentimientos y síntomas", subraya el coautor del estudio, Patrick Shrout, profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos.

Hace tiempo que se entiende que los instrumentos de encuesta son mediciones imperfectas del estado de ánimo y las emociones. Sin embargo, brindan información sobre las preferencias, los temores y las prioridades de las personas, datos sobre los cuales los encargados de formular políticas, los líderes de la industria y los profesionales de la salud confían en su toma de decisiones.

Menos clara, en particular, es la precisión de capturar nuestros sentimientos a lo largo del tiempo utilizando mediciones repetidas, que es un método común para medir los cambios en los síntomas, las actitudes y el bienestar. Notablemente, ha habido hallazgos desconcertantes en la literatura psicológica sobre que los informes de ansiedad, depresión y síntomas físicos disminuyen con el tiempo, independientemente de las circunstancias de las personas que se estudian.

Para analizar esta disminución, los investigadores, cuyo trabajo se detalla en un artículo publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', llevaron a cabo cuatro experimentos por separado en los que se les preguntó a los sujetos en varias ocasiones sobre su ansiedad, síntomas físicos y nivel de energía.

En tres de los cuatro estudios, los individuos se enfrentaron a eventos estresantes y se esperaba que la ansiedad y las molestias físicas, como dolores de cabeza y trastornos del sueño, fueran más comunes a medida que se aproximaba el evento. Uno de estos estudios se centró en los recién graduados de la Facultad de Derecho que se preparaban para al examen de cualificación para ejercer de abogado y otros dos se centraron en los estudiantes universitarios que se preparaban para los difíciles exámenes de ciencias previos a los estudios de medicina.

El cuarto estudio fue una encuesta bimensual de estudiantes universitarios en el transcurso de un año académico. Los cuatro análisis se diseñaron de modo que los grupos de sujetos dieron sus primeros informes en diferentes momentos en relación con el evento estresante o el año académico.

DECLIVE EN LOS SÍNTOMAS Y LA ANGUSTIA CON EL PASO DEL TIEMPO

En todos los estudios, los participantes informaron más ansiedad y síntomas la primera vez que completaron la encuesta en comparación con sus propios informes posteriores. Esta elevación inicial se limitó al primer día de la encuesta, y fue inconsistente con el curso de la ansiedad y los síntomas normalmente asociados con un evento difícil.

Aunque los investigadores previos asumieron que el patrón de disminución se debió al sesgo de respuesta de los informes posteriores, Shrout y sus colegas concluyeron que el patrón de declive a lo largo del tiempo probablemente se debía a una sobreestimación de los síntomas y la angustia la primera vez, más que una subestimación en tiempos posteriores.

Ésta es la única explicación que ilumina el hecho de que la ansiedad era más elevada cuatro semanas antes del examen que tres semanas antes, señalan. Además, los graduados de la Facultad de Derecho a los que se les pidió que informaran sobre la ansiedad y los síntomas actuales por primera vez una semana después del examen tuvieron una elevación similar a la de otros que aún no habían realizado el examen.

"Debido a que muchas encuestas políticas y de salud solo hacen preguntas una vez, el sesgo asociado con la exageración inicial puede confundirse con niveles de negatividad auténticos", observa Shrout.

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