MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai (Estados Unidos) muestra que la exposición al plomo durante el embarazo y la primera infancia puede acelerar la velocidad a la que los niños olvidan información, un marcador crítico de deterioro de la memoria que puede tener implicaciones para el aprendizaje y el desarrollo. El estudio se publica en 'Science Advances'.
Mediante la tarea de correspondencia diferida con la muestra (DMTS), una tarea cognitiva que permite evaluar funciones neuroconductuales subyacentes, como la atención y la memoria de trabajo, y que ha demostrado ser sensible a los neurotóxicos metálicos, el estudio examinó cómo los niveles de plomo en sangre, tanto prenatales como en la primera infancia, afectan la memoria de trabajo en niños de 6 a 8 años. En esta tarea, se presentó a los niños una imagen y, tras una breve demora, tuvieron que seleccionarla entre tres opciones.
Los investigadores aplicaron un enfoque estadístico innovador, conocido como función de potencia modificada no lineal, para modelar el deterioro de la memoria y descubrieron un vínculo mensurable entre niveles más elevados de plomo en la infancia y tasas de olvido más rápidas.
Los hallazgos mostraron que una mayor exposición al plomo entre los 4 y los 6 años se asoció significativamente con una mayor tasa de olvido, incluso con niveles bajos de plomo en sangre. Además, los niños mayores y aquellos cuya madre tenía un coeficiente intelectual más alto eran más propensos a mostrar una mejor retención de la memoria.
"La función de potencia modificada no lineal se ha validado en estudios previos con animales y humanos, pero ahora se aplica en el campo de la salud ambiental", detalla Katherine Svensson, investigadora postdoctoral en Medicina Ambiental en la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí y coautora principal del estudio. "Este nuevo uso es importante porque los niños están expuestos a muchas sustancias químicas ambientales, y este modelo proporciona un método validado para evaluar con mayor precisión el efecto de exposiciones ambientales adicionales, como metales pesados, contaminación atmosférica o disruptores endocrinos, en la memoria de trabajo infantil".
Este estudio también valida un método para evaluar la función neuroconductual, allanando el camino para la investigación traslacional que puede unir los datos humanos con conocimientos mecanicistas obtenidos de estudios de laboratorio.
Las implicaciones son claras: incluso una exposición baja al plomo puede debilitar funciones cognitivas clave en niños pequeños. Dado que la memoria y la atención son fundamentales para el éxito académico y social, esta investigación subraya la urgente necesidad de invertir continuamente en la prevención del plomo, especialmente en comunidades históricamente sobrecargadas.
De esta forma, este estudio abre la puerta a futuras investigaciones para explorar cómo las exposiciones ambientales, como el plomo, se relacionan con otros dominios cognitivos, como la atención, la función ejecutiva y el procesamiento de recompensas. Además, refuerza la necesidad de intervenciones políticas que protejan el cerebro en desarrollo de los niños antes de que se produzcan daños irreversibles.