MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de las inmunoterapias, cuyo objetivo es potenciar la actividad de las células T, no funcionan bien en el tratamiento del cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos (RE+). Dirigirse a otro tipo de células inmunitarias, los macrófagos, podría ser más eficaz, según sugiere un nuevo análisis exhaustivo de los cánceres de mama invasivos ER+ dirigido por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos).
El estudio, publicado en la revista 'Nature Cancer', revela que los macrófagos son la célula inmunitaria dominante en los tumores de carcinoma lobular invasivo (CLI) y carcinoma ductal invasivo (CDI) con RE+. El análisis espacial detallado de las regiones tumorales también reveló la existencia de distintos "barrios" de células inmunitarias asociados a los buenos resultados de las pacientes.
"En el pasado, el CLI y el CDI se agrupaban en la misma categoría y se trataban como la misma enfermedad, pero en los últimos años han surgido pruebas sólidas de que, de hecho, son enfermedades distintas", afirma la autora principal, la doctora Sayali Onkar, actualmente científica sénior en la Facultad de Medicina Mount Sinai Icahn, que realizó esta investigación como estudiante de posgrado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh.
"Descubrimos importantes similitudes y diferencias en el paisaje inmunológico de IDC y ILC, lo que sugiere que se necesitan inmunoterapias a medida para dirigirse a estas enfermedades", añade.
Las inmunoterapias ayudan al sistema inmunitario a reconocer y destruir mejor las células cancerosas. Aunque son tratamientos potentes para muchos tipos de cáncer, como el melanoma y el cáncer de pulmón, las inmunoterapias tienden a ser menos eficaces contra la mayoría de los subtipos de cáncer de mama, revisado en un reciente artículo de' Cancer Discovery' dirigido por Onkar y Neil Carleton, un estudiante en el Programa de Formación de Científicos Médicos en Pitt.
"Los cánceres de mama, en particular los que son ER+, no responden bien a la inmunoterapia, por lo que existe una enorme necesidad de nuevas terapias", explica el coautor principal Dario Vignali, profesor distinguido y presidente interino del Departamento de Inmunología de la Escuela de Medicina de Pitt y director asociado de estrategia científica y co-líder del Programa de Inmunología e Inmunoterapia del Cáncer en el Centro de Cáncer UPMC Hillman.
"Al probar nuestra hipótesis de que los CDI y CLI difieren en su respuesta inmunitaria, podemos informar sobre dónde debemos centrar la atención para el desarrollo de enfoques novedosos", añade.
Mediante el análisis del microentorno tumoral --el complejo ecosistema de células, vasos sanguíneos y moléculas que rodea a un tumor-- de muestras de pacientes, los investigadores descubrieron que los macrófagos eran la célula inmunitaria más común tanto en los CLI ER+ como en los CDI, pero eran especialmente prominentes en los CLI.
"Para mejorar los resultados de las pacientes con estas enfermedades, necesitamos identificar dianas farmacológicas centradas en los macrófagos --afirma Steffi Oesterreich, titular de la Cátedra Shear Family de Investigación del Cáncer de Mama y codirectora del Centro de Investigación del Cáncer de la Mujer, una asociación entre el UPMC Hillman y el Instituto de Investigación Magee-Womens--. Hay una enorme carencia de inmunoterapias dirigidas a los macrófagos en desarrollo: la gran mayoría se centran en las células T".
A continuación, los investigadores utilizaron tecnología punta para analizar la ubicación espacial de macrófagos, células T y otras células inmunitarias en todo el tumor. Identificaron "vecindarios" celulares únicos, o grupos de células, en los tumores CDI e CLI.
En los CDI, un tipo de vecindario dominado por macrófagos y células T CD8+ se asoció a una mayor supervivencia libre de enfermedad en los pacientes, lo que sugiere que estas células inmunitarias trabajan juntas para destruir las células cancerosas.
Según Onkar, "estos resultados nos indican que es importante ampliar la visión para observar la arquitectura del tumor y entender cómo se influyen mutuamente las células inmunitarias, en lugar de limitarse a observar la cantidad total de células. Dirigirse a los vecindarios celulares dentro del microambiente tumoral podría tener un impacto significativo en los resultados de los pacientes", añade.
Al observar los tipos de macrófagos que habitan el microambiente tumoral, el equipo descubrió que los CLI tenían más macrófagos de tipo M2 promotores del tumor y menos macrófagos de tipo M1 que combatían el tumor que las CDI.
Según los investigadores, el estudio proporciona un recurso importante para futuras investigaciones encaminadas a desarrollar inmunoterapias novedosas u objetivos centrados en los macrófagos. La eliminación de los macrófagos M2 nocivos o su reprogramación para que se conviertan en macrófagos M1 podrían ser vías prometedoras para el tratamiento de los CLI, y una mejor comprensión de la asociación entre macrófagos y células T en el cáncer de mama ER+ podría sentar las bases para terapias combinadas en esta enfermedad.