Un estudio de la Universidad de Oviedo alerta del alto sedentarismo en adolescentes con anorexia nerviosa

Archivo - Joven morena, anorexia nerviosa o bulimia. Dieta, trastorno de conducta alimentario
Archivo - Joven morena, anorexia nerviosa o bulimia. Dieta, trastorno de conducta alimentario - MARHARYTA MARKO/ ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 25 agosto 2025 10:42

OVIEDO 25 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los adolescentes con anorexia nerviosa presentan niveles de sedentarismo alarmantes, con una media diaria de 10,5 horas, y escasa actividad física moderada o vigorosa, según revela un estudio del grupo de investigación DiANa de la Universidad de Oviedo. En contraste, los adultos con esta patología registran niveles de ejercicio superiores a los recomendados por la OMS, con una media de 100 minutos diarios de actividad moderada y más de 90 minutos de actividad moderada-vigorosa.

Los resultados, publicados en la revista European Eating Disorders Review, proceden del primer metaanálisis que analiza de forma objetiva la actividad física en personas con anorexia nerviosa, utilizando datos recogidos por dispositivos como acelerómetros en 15 estudios previos. La muestra global incluyó a 658 pacientes (651 mujeres y 7 hombres), con edades entre los 12 y los 65 años.

El estudio, liderado por la investigadora María Fernández del Valle, desvela patrones diferenciados de actividad física según la edad y el momento del tratamiento --hospitalización, hospital de día o seguimiento ambulatorio--, lo que ofrece nuevas herramientas para adaptar la intervención clínica a las características de cada grupo. "Nuestros resultados aportan información valiosa para la práctica clínica", explica Alex del Valle Pagador, primer firmante del artículo, quien subraya la importancia de diseñar tratamientos personalizados.

El análisis muestra que, aunque los adultos con anorexia cumplen --e incluso superan en un 160%-- las recomendaciones semanales de actividad física establecidas por la OMS, esta elevada carga de ejercicio podría estar asociada a patrones compulsivos, rutinas no estructuradas o vinculadas al trastorno, lo que plantea riesgos para la recuperación. Por el contrario, los adolescentes con anorexia presentan un patrón mucho más sedentario, lo que supone también un factor de riesgo desde el punto de vista clínico.

El trabajo enfatiza el papel del llamado "movimiento desadaptativo", que engloba comportamientos como caminar sin descanso, evitar el reposo o hacer ejercicio extenuante motivado por el control del peso y la imagen corporal. Estas conductas, presentes incluso tras la aparente recuperación, están asociadas a mayor gravedad de los síntomas y riesgo de recaída.

Uno de los puntos críticos que destaca el equipo investigador es la falta de herramientas clínicas objetivas para medir la actividad física en este perfil de pacientes. Hasta ahora, la mayoría de los estudios se basaban en cuestionarios o entrevistas, lo que podría haber subestimado el impacto real del movimiento en esta enfermedad.

En ese sentido, los autores reivindican la incorporación de profesionales del ejercicio físico en los equipos multidisciplinares para una evaluación más precisa y un diseño óptimo de programas de recuperación. "Esto permitiría una gestión más segura y realista del movimiento en estos pacientes", afirma el profesor del Departamento de Biología Funcional, Hugo Olmedillas.

La anorexia nerviosa es uno de los trastornos de la conducta alimentaria más complejos y con mayor impacto físico, psicológico y social. Afecta principalmente a mujeres jóvenes entre los 15 y 19 años, aunque se detecta cada vez a edades más tempranas. Es la segunda enfermedad mental con mayor tasa de mortalidad y presenta índices de recaída superiores al 50%.

El estudio de la Universidad de Oviedo propone alejarse de los modelos de tratamiento basados en la restricción del ejercicio, apostando por estrategias innovadoras que permitan retomar la actividad física de manera adaptativa, segura y beneficiosa para el proceso de recuperación.

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