Unas 358.000 mujeres mueren en el mundo durante el embarazo o el parto y también fallecen cerca de 7,6 millones de menores de 5 años
MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
Unas 358.000 mujeres mueren todavía durante el embarazo y el parto y 7,6 millones de niños fallecen antes de cumplir los cinco años. Son cifras de un gran estudio realizado a nivel mundial, que ha descubierto las intervenciones clave para reducir estas cifras, base ahora del nuevo consenso global en este campo.
El trabajo, titulado 'Intervenciones esenciales, productos y guías para la salud reproductiva, maternal, del recién nacido y el niño', ha sido presentado este jueves por los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Aga Khan University y la Partnership for Maternal, Newborn & Child Health (PMNCH).
El objetivo del documento es ayudar a los países de ingresos medios y bajos a tomar las mejores decisiones sobre la salud de la mujer y el niño, las que consiguirán un mayor impacto con recursos limitados. Sus autores revisaron más de 50.000 investigaciones científicas. Querían determinar la efectividad de cada una de las intervenciones y su impacto real sobre la supervivencia de este colectivo.
Así han identificado las 56 intervenciones esenciales que suelen salvar más vidas, entre las que se incluyen el manejo de la anemia materna con hierro; la prevención y el manejo de la hemorragia posparto; inmediato cuidado térmico para los recién nacidos; el apoyo extra para alimentar a los pequeños bebés pretérmino y el uso de antibióticos para el tratamiento de la neumonía infantil.
Según la directora del Departamento de Salud Materna, del Neonato, del Niño y del Adolescente de la OMS, Elizabeth Mason, "lo nuevo es que se ha reunido información de diferentes fuentes y se ha logrado un consenso entre médicos, científicos o organizaciones profesionales para diseñar un camino basado en la evidencia para ayudar a las mujeres antes y también a sus hijos". "Todos están de acuerdo sobre cuáles son las 56 intervenciones esenciales", asevera.
El primer paso fue realizar un análisis del panorama global sobre las iniciativas que estaban poniendo en práctica para reducir las muertes de madres y recién nacidos en los 440 miembros de la PMNCH. Según el líder del trabajo, Zulfiqar Bhutta, de la Aga Khan University (Pakistán), "lo que vieron fue una mezcolanza". "Los miembros de la PMNCH tienen muy diferentes ideas sobre lo que debe hacerse", dice.
Después evaluaron 142 intervenciones para conocer su efectividad e impacto en la supervivencia actuando sobre las principales causas de mortalidad materna, infantil y de los recién nacidos. Asimismo, estudiaron cuáles podrían ser las intervenciones más adecuadas para su puesta en práctica en países con escasos recursos.
Preguntaron también si los trabajadores sanitarios con formación limitada se podrían manejar a nivel comunitario, donde no hay profesionales especializados. Así vieron qué servicios podrían ocuparse las enfermeras, matronas y trabajadores con una mayor preparación. También identificaron qué pacientes necesitarían ser enviados a los hospitales, donde hay médicos y cuidados de emergencia.
A pesar de los progresos logrados hacia la reducción de las muertes de madres e hijos, muchos países de África e India no alcanzan los Objetivos de Desarrollo del Milenio 4 y 5, que se refieren a reducir estas cifras.
África Subsahariana y el sur de Asia, que tienen las mayores tasas de muerte materno-infantil, han logrado algunos avances, insuficientes para alcanzar las citadas metas en 2015. Más de la mitad de las muertes maternas están causadas por hemorragias (35%) e hipertensión (18%).
El mayor riesgo de muerte infantil se sitúa en los primeros 28 días de vida, periodo en el que se registra el 40 por ciento de los fallecimientos de niños menores de cinco años. La mitad de las muertes de recién nacidos ocurre durante las primeras 24 horas de vida y el 75 por ciento durante la primera semana, siendo los nacimientos pretérmino, las infecciones graves y la asfixia las principales causas.