MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica Fralin del Virginia Tech (Estados Unidos) han descubrierto tipos de células separadas pero estrechamente conectadas que trabajan juntas para construir vasos sanguíneos y otros vasos circulatorios en un modelo de ratón y en cultivos celulares.
Así, estos investigadores están más cerca de comprender los primeros inicios del sistema circulatorio durante el desarrollo embrionario, un descubrimiento que podría conducir a formas de reparar los daños en el cuerpo humano tras un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco.
El hallazgo es sorprendente. En lugar de confirmar la noción de que diferentes tipos de células se unían al proceso de construcción en diferentes momentos para construir los tubos que transportan la sangre por el cuerpo, los investigadores descubrieron que las células comienzan a trabajar aproximadamente en el mismo momento durante el desarrollo embrionario.
El descubrimiento, publicado en la revista científica 'Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology', podría dar nueva forma a las teorías actuales sobre el desarrollo vascular e informar sobre las estrategias médicas para restablecer la circulación del tejido dañado en caso de accidente cerebrovascular o ataque cardíaco.
"Estamos interesados en comprender la parte fundamental de la formación de los vasos para que, cuando ocurra a la inversa en los estados de enfermedad, y las células se desenreden y se desprendan unas de otras, podamos encontrar oportunidades para dirigirnos a eso con enfoques farmacológicos. Queremos conocer el impacto traslacional de estos procesos fundamentales para inspirar nuevas formas de regenerar el tejido vascular y restablecer el flujo sanguíneo en personas con problemas cardíacos o accidentes cerebrovasculares", explica uno de los responsables de la investigación, John Chappell.
Durante el estudio, los investigadores se fijaron en las células denominadas pericitos y, concretamente, en sus células precursoras, que pueden considerarse sus progenitoras o antecesoras. Los pericitos envuelven el interior de unos pequeños vasos sanguíneos llamados capilares para darles estabilidad y mantener su función.
Los científicos también estudiaron las células endoteliales, que son esenciales para la formación del sistema circulatorio y se encuentran entre las primeras células presentes muy temprano en el desarrollo en la mayoría de los animales.
"Una de las cosas que hace que esto sea tan emocionante es que proporciona una visión de cómo y cuándo los precursores de pericitos interactúan por primera vez con las células endoteliales, que son el tipo de célula principal de los capilares. Es importante porque entender la relación entre los tipos de células nos ayudará a avanzar en la terapéutica de varias patologías relacionadas con la vasculatura", detalla otra de las responsables de la investigación, Laura Beth Payne.
La vasculatura puede concebirse como tubos por los que fluye la sangre. Los pericitos forman una capa exterior de los tubos para estabilizar y posiblemente modificar el diámetro de los conductos, y toda esta fontanería biológica debe estar en su sitio antes de que el corazón empiece a latir.
Los investigadores demostraron que las células con linaje de pericitos surgen junto con la creación del sistema vascular en el cuerpo, y no más tarde durante el desarrollo, como se piensa generalmente.
Observaron que los progenitores de pericitos y de células lisas vasculares se acoplan físicamente y sufren un acoplamiento directo de célula a célula con las células endoteliales durante la génesis del sistema vascular. También descubrieron que una proteína -la conexina43- puede ser vital durante la formación temprana de los vasos.