MADRID, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Centro de Epidemiología Genética de la
University of Southern California (USC) y del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres (Reino Unido) han liderado una investigación que reúne datos de la mayoría de los estudios de cáncer genómico de próstata a nivel mundial y que ha puesto en evidencia algunas desigualdades raciales en el desarrollo de este tipo de cáncer.
El riesgo de padecer este cáncer es aproximadamente un 75 por ciento más alto, y el cáncer de próstata es más del doble de mortal, en los negros en comparación con los blancos, según algunos estudios. Sin embargo, los blancos suelen estar sobrerrepresentados como participantes en las investigaciones, lo que hace que estas diferencias sean difíciles de comprender y, en última instancia, de abordar. Esto llevó a los autores de esta investigación a realizar el mayor y más diverso análisis genético de cáncer de próstata, que incluye a más de 200.000 hombres de ascendencia europea, africana, asiática e hispana de todo el mundo.
Concretamente, los autores utilizaron conjuntos de datos genómicos de países como Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Japón y Ghana para comparar 107.247 hombres con cáncer de próstata con un grupo de control compuesto por 127.006 hombres. Así, han identificado 86 nuevas variaciones genéticas que aumentan el riesgo de cáncer de próstata, no descubiertas anteriormente, lo que eleva a 269 el número total de 'loci' de riesgo de cáncer de próstata.
En este sentido, los investigadores pretenden que la escala de riesgo genético sea más útil para el mayor número de personas posible, a diferencia de lo que sucedía hasta ahora. "No sólo encontramos nuevos marcadores de riesgo, sino que también demostramos que, al combinar la información genética entre las poblaciones, pudimos identificar un perfil de riesgo que se puede aplicar a todas las poblaciones", ha explicado el autor, Christopher Haiman, profesor de Medicina. "Esto pone de relieve el valor de añadir múltiples poblaciones raciales y étnicas en los estudios genéticos".
"Nuestro objetivo a largo plazo es desarrollar una puntuación de riesgo genético que se pueda usar para determinar el riesgo de un hombre de desarrollar cáncer de próstata", ha explicado Haiman, que añade que los hombres con mayor riesgo pueden beneficiarse de pruebas más tempranas y frecuentes, "para que la enfermedad pueda ser identificada cuando sea más tratable".
EVALUACIÓN DEL RIESGO DE CÁNCER
Aplicando un modelo para evaluar el riesgo de cáncer de próstata basado en la interacción de todos estos factores genéticos, los investigadores han descubierto que los hombres de ascendencia africana heredan en promedio cerca del doble del riesgo de cáncer de próstata en comparación con los hombres de ascendencia europea, mientras que los hombres de ascendencia asiática heredan cerca de tres cuartas partes del riesgo de sus homólogos blancos, lo que evidencia estas diferencias entre poblaciones.
El presidente y director ejecutivo de la Fundación para el Cáncer de Próstata, el doctor Jonathan W. Simons, ha destacado el potencial del estudio para aumentar la igualdad en materia de salud. La fundación financia el otro trabajo de Haiman liderando la iniciativa RESPOND que explora la enfermedad entre los hombres afroamericanos.
"Desde la fundación creemos que los hallazgos de la investigación conducirán a estrategias más eficaces de detección precisa del cáncer de próstata para los hombres de ascendencia africana occidental", ha reflexionado Simons, que también dice estar seguro de que la identificación de estos individuos de muy alto riesgo tendrá un impacto positivo en esta disparidad de la atención médica.
PRUEBA DEL ANTÍGENO PROSTÁTICO ESPECÍFICO
Las pautas actuales de detección del cáncer de próstata sugieren que las personas de 55 años o más con un riesgo promedio pueden optar por hacerse la prueba del antígeno prostático específico (PSA) en consulta con sus médicos. Los altos niveles de PSA están asociados con el cáncer de próstata, pero la prueba de PSA tiende a detectar tumores de crecimiento lento. Sin embargo, su uso generalizado conduce a un tratamiento innecesario.
Los investigadores piensan que el valor de la prueba de PSA como herramienta de detección crecería si se desplegara de forma selectiva para controlar a las personas que se encuentran en alto riesgo de padecer cáncer de próstata, que es donde la puntuación de riesgo genético podría entrar en juego. Aquellos con un riesgo particularmente alto podrían incluso comenzar a hacerse la prueba antes de los 55 años.
"Lo más importante es que, a diferencia de los ensayos de detección previos, éste tendría que ser más representativo de la diversidad que vemos en el mundo", ha afirmado Haiman. "Ninguna población debería quedarse atrás", ha concluido.