MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un estudio publicado en la revista científica 'American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine' ha determinado el porcentaje de pacientes con COVID-19 dados de alta del hospital que presentaban un tipo de daño pulmonar fibrótico, conocido como enfermedad pulmonar intersticial, que requiere cuidados de seguimiento continuos.
Estos pacientes presentaban diversos grados de gravedad de la COVID-19 en el momento del ingreso hospitalario. Los autores examinaron la evidencia de patrones pulmonares anormales en las tomografías computarizadas de seguimiento de los pacientes con COVID-19 dados de alta del hospital, patrones que podrían ser indicativos de enfermedad pulmonar intersticial.
Las características de los 209 participantes en el estudio que se sometieron a TC se aplicaron a una cohorte más amplia posterior a la hospitalización de casi 3.500 personas sin TC para estratificar el riesgo de anomalías pulmonares residuales.
"Enfermedad pulmonar intersticial" se refiere a un amplio grupo de enfermedades que se caracterizan por la cicatrización pulmonar, incluida la fibrosis pulmonar idiopática. Esta cicatrización dificulta la respiración y la llegada de oxígeno al torrente sanguíneo. El daño pulmonar de este grupo de enfermedades puede ser irreversible y empeorar con el tiempo.
"Calculamos que hasta el 11 por ciento de los pacientes hospitalizados por COVID presentaban un patrón fibrótico tras recuperarse de la enfermedad aguda. Aunque muchas personas experimentan disnea prolongada, la principal implicación de estos hallazgos es que un número sustancial de personas dadas de alta tras una hospitalización por COVID también pueden presentar anomalías fibróticas en sus pulmones. Estos resultados deberían ayudar a concentrar los esfuerzos para seguir de cerca a los pacientes de riesgo. Este seguimiento debería incluir la repetición de pruebas de imagen radiológica y de función pulmonar", ha comentado el autor correspondiente Iain Stewart, doctor e investigador avanzado (Fundación Rayne) del Centro Margaret Turner Warwick de Enfermedades Pulmonares Fibrosantes del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres.
Los participantes provisionales del estudio recibieron el alta hospitalaria a finales de marzo de 2021, mientras que los datos provisionales se recopilaron hasta octubre de 2021, restringiendo el análisis a 240 días después del alta.
Los investigadores identificaron a los pacientes con TC torácica a partir de la base de datos PHOSP-COVID. El resultado primario que pretendían determinar era la prevalencia de anomalías pulmonares residuales en personas dadas de alta tras una hospitalización COVID-19. Se realizaron análisis para determinar los factores de riesgo de los participantes de sufrir anomalías pulmonares residuales en aquellos que no recibieron un TAC. Estos riesgos se utilizaron para estimar la prevalencia en la población general hospitalizada a finales de marzo de 2021.