MADRID, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio del Boston Children's Hospital (Estados Unidos) sugiere que las mutaciones recesivas son más comunes en el trastorno del espectro autista (TEA) de lo que se pensaba anteriormente. Los hallazgos, publicados en la revista 'Nature Genetics', ofrecen una explicación probable para hasta el cinco por ciento de todos los casos de la enfermedad y ofrecen nuevas pistas sobre sus causas biológicas.
Durante la última década, el TEA se ha relacionado con mutaciones en una variedad de genes, lo que explica hasta el 30 por ciento de todos los casos hasta la fecha. La mayoría de estas variantes son mutaciones de novo, que no son hereditarias, afectan sólo a una copia de un gen y son relativamente fáciles de encontrar.
Las mutaciones recesivas se han relacionado con el autismo en el pasado, sobre todo en pequeñas poblaciones de estudio en áreas donde los matrimonios entre parientes son comunes. Cuando los padres tienen una relación genética bastante estrecha, es más probable que sus hijos reciban 'dobles golpes' de variantes genéticas, en su mayoría inofensivas, pero algunas pueden ser causantes de enfermedades.
El nuevo estudio representó a una población mucho más amplia: 8.195 individuos en el Consorcio Internacional de Secuenciación del Autismo. Participaron 2.343 personas afectadas de autismo de Estados Unidos, Reino Unido, América Central, Alemania, Suecia, Oriente Medio y Finlandia. Examinó los datos del exoma completo, comparando secuencias de ADN para todos los genes que codifican las proteínas en estos individuos con autismo, en comparación con 5.852 controles no afectados.
Los investigadores primero buscaron mutaciones de 'pérdida de función' o 'knockout' que deshabilitaran completamente el gen, de tal manera que las proteínas que normalmente codifican sean truncadas y no funcionales. El equipo identificó mutaciones de pérdida de función que eran raras (afectaban a menos del uno por ciento de la cohorte) y paralelas (afectaban a ambas copias del gen) en 266 personas con autismo. En general, las personas con autismo tenían 62 por ciento más probabilidades que el grupo de control de tener mutaciones discapacitantes en ambas copias de un gen.
Después de excluir variantes genéticas que también se encontraron en el grupo de control y en una cohorte grande separada de más de 60.000 individuos sin autismo, se quedaron con 41 genes que fueron eliminados solo en individuos con autismo. En general, los investigadores estiman que estos genes explican otro 3 a 5 por ciento de todos los casos de autismo (2 por ciento por mutaciones de pérdida de función y 1 a 3 por ciento por mutaciones missense). Ocho de ellos ya habían sido señalados en estudios anteriores. Los 33 restantes nunca antes se habían relacionado con el autismo, y varios tienen atributos intrigantes que requieren más investigación.
El gen 'SLC1A1', por ejemplo, ayuda a modular la actividad del neurotransmisor cerebral glutamato, y se ha relacionado con un trastorno metabólico asociado con la discapacidad intelectual y el trastorno obsesivo-compulsivo. Otro gen perdido en dos hermanos, el 'FEV', es crítico para producir el neurotransmisor cerebral serotonina, lo que proporciona más apoyo a la idea de que la disfunción de la señalización de la serotonina es fundamental para el autismo.