MADRID 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
Una investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) revela que estudiar las vesículas extracelulares de plasma, estructuras con material genético y proteico liberadas por las células, podría facilitar la identificación de biomarcadores pronósticos en la leishmaniasis visceral, una enfermedad infecciosa desatendida que puede llegar a ser mortal si no se detecta y trata de forma eficaz.
La leishmaniasis visceral está causada por protozoos de la familia 'Leishmania' y se caracteriza por fiebre crónica, agrandamiento del bazo e hígado y pancitopenia. Tiene una prevalencia especialmente importante en pacientes inmunosuprimidos, particularmente en aquellos coinfectados con VIH y en personas con inmunosupresión inducida por tratamientos biológicos como los antagonistas del TNF (anti-TNF). La enfermedad se transmite principalmente a través de la picadura de mosquitos -flebótomos-, que actúan como vectores del parásito.
El estudio, publicado en la revista 'Frontiers in Immunology' y llevado a cabo por un equipo del ISCIII en el Centro Nacional de Microbiología (CNM), ha analizado el impacto de la terapia inmunosupresora anti-TNF en la progresión de la leishmaniasis visceral y en la eficacia del tratamiento antiparasitario con antimoniales pentavalentes, utilizando un modelo animal murino. Dos de los autores principales del trabajo son Eugenia Carrillo y Javier Moreno, del CNM-ISCIII.
Para realizar esta investigación se han empleado técnicas de proteómica para estudiar vesículas extracelulares procedentes del plasma de ratones infectados con 'Leishmania infantum'. Este trabajo supone una continuación de una línea de investigación del equipo del ISCIII en torno al efecto de diferentes fármacos inmunosupresores en la respuesta inmunitaria en esta enfermedad y en el impacto en la eficacia de su tratamiento.
Los resultados obtenidos en el estudio ahora publicado revelan que los ratones tratados con anti-TNF desarrollaron una mayor carga parasitaria en el hígado y una respuesta inmunitaria más debilitada. También se observó una disminución significativa de diversas proteínas, procedentes de vesículas extracelulares plasmáticas, cuya función es clave en procesos de regeneración hepática, respuesta inflamatoria y defensa frente a infecciones.
Tras el tratamiento con los antimoniales pentavalentes, en el grupo de animales inmunosuprimidos se logró solo una reducción parcial de la carga parasitaria, acompañada por un aumento de otras proteínas cuya sobreexpresión podría favorecer la persistencia del parásito.
Los autores y autoras de la investigación explican que estos hallazgos demuestran que la inmunosupresión con anti-TNF no sólo agrava la enfermedad, sino que también altera profundamente el perfil proteico de las vesículas extracelulares, afectando rutas biológicas esenciales para la recuperación y la eficacia del tratamiento.
Según concluyen, "estos resultados recuerdan la importancia de adaptar a cada caso las estrategias clínicas en pacientes inmunosuprimidos, y posiciona a las vesículas extracelulares como una herramienta prometedora para identificar biomarcadores pronósticos y optimizar el manejo terapéutico de la leishmaniasis visceral".