CIUDAD REAL, 22 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), centro de investigación multidisciplinar dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), ha confirmado que "la población del conejo de monte aloja de forma crónica el germen de la fiebre Q, enfermedad que causa fallos reproductivos en animales y personas".
Este estudio, que ha sido realizado en colaboración con investigadores de la Universidad de Tras-os-Montes (Portugal), ha observado el papel que juega el conejo de monte en el mantenimiento de la bacteria 'Coxiella burnetti', agente causante de la fiebre Q, una enfermedad que afecta a animales y personas y que puede llegar a ocasionar problemas de infertilidad y abortos, según ha informado la UCLM en nota de prensa.
Para llevar a cabo su trabajo, los investigadores han realizado una selección de muestras de conejos cazados o capturados en trece puntos distintos de España, Portugal y de las islas Chafarinas, frente a la costa de Marruecos. Con esta muestra se ha analizado la exposición individual a la bacteria, la existencia de infección sistémica y la eliminación de la bacteria mediante secreciones.
LA BACTERIA ESTÁ PRESENTE EN LA MITAD DE LAS POBLACIONES IBÉRICAS
Los resultados han concluido que la bacteria está presente en más de la mitad de las poblaciones ibéricas de conejo, con niveles de circulación de entre el 7 y el 80 por ciento, además de en granjas de conejo. Asimismo, evidenciaron la presencia de infecciones sistémicas en algunos animales y comprobaron que los animales infectados son capaces de eliminar la bacteria en secreciones y, por tanto, de transmitir la infección.
La confirmación de estos tres rasgos, unida a la amplia distribución geográfica del conejo en la Península Ibérica, muestra, según los investigadores, que el conejo "es un verdadero reservorio de 'Coxiella burnetti', capaz de mantener circulando esta bacteria por sí solo sin la intervención de terceras especies".
Además, los investigadores han considerado que al presentar esta especie una amplia distribución en Europa, su rol en el ciclo de vida de la bacteria aludida podría trascender las fronteras de la península.
El estudio, que será publicado por la revista 'Emerging Infectious Disease', concluye que "las personas con elevado grado de contacto a los conejos, como productores, cazadores, guardas de caza o investigadores, podrían estar expuestas a la infección".
Sin embargo, han advertido que este resultado "no es alarmante para la salud pública, ya que la infección provocada por dicha bacteria causa enfermedad en un bajo porcentaje de las personas infectadas y el tratamiento con antibióticos es efectivo para eliminar la infección", aunque han considerado que "sí es importante debido a la incidencia y al potencial epidémico de la misma, considerada como potencial arma biológica".