MADRID 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado en colaboración entre el Centro Nacional de Investigadores Cardiovasculares (CNIC) y el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, pone en duda el valor de un marcador muy utilizado para evaluar el infarto de miocardio, la proteína troponina, en alrededor de un tercio de los infartos agudos de miocardio (IAM) con elevación del segmento ST, los de peor pronóstico.
En concreto, señala el trabajo publicado en 'Journal of the American College of Cardiology', la troponina no sería un indicador correcto del tamaño del infarto en los individuos que presentan algún grado hipertrofia ventricular izquierda (HVI), un problema que afecta a un tercio de los pacientes.
El problema detectado por los investigadores del CNIC, liderados por el doctor Borja Ibáñez, es que la troponina sobreestima de forma significativa el tamaño del infarto en estos pacientes. Según el doctor Valentín Fuster, director general del CNIC y autor del estudio, "puede dar la sensación de que el infarto es más aparatoso de lo que es en realidad".
Los investigadores evaluaron a 937 pacientes que ingresaron entre 2004 y 2009 en el Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos, dirigido por el doctor Carlos Macaya, con el diagnóstico de infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST. Tal y como establece el protocolo, se determinaron, mediante analíticas seriadas los valores máximos de troponina y creatin kinasa total.
Sin embargo, y de forma pionera, los autores analizaron los biomarcadores por separado y según la presencia o no de hipertrofia, observando que, mientras que la creatin kinasa total se mantenía estable en los pacientes que presentaban un infarto de tamaño determinado, los niveles de troponina variaban significativamente si los enfermos presentaban hipertrofia ventricular izquierda.
Las cifras de variación dependían del nivel de la hipertrofia. Así, los pacientes con HVI leve tenían un nivel medio de troponina I un 13,7 por ciento más elevado que los individuos que no presentaban hipertrofia. La diferencia se incrementaba al 17,8 por ciento en pacientes con HVI moderada a severa.
Según explica el primer firmante del estudio, el doctor Rodrigo Fernández-Jiménez, aunque "el tratamiento farmacológico aplicado a estos pacientes es similar en todos ellos", se siguen de forma más estrecha a aquellos con infartos mayores, "pues pueden requerir tratamientos más específicos para mejorar su calidad de vida o tratar arritmias malignas".
Así una incorrecta valoración del tamaño del infarto por el nivel de troponina, podría implicar un exceso de vigilancia y pruebas diagnósticas en un infarto no tan grave, así como una incorrecta información al paciente y los familiares.
Por otra parte, Fernández-Jiménez señala el hallazgo tendrá un gran impacto en la evaluación futura de fármacos e intervenciones cardioprotectoras, ya que "multitud de trabajos que han evaluado el uso de estos tratamientos, han utilizado como parámetro de evaluación principal el tamaño del infarto medido por troponina".
"Los resultados de dichos estudios podrían haber cambiado", por lo que, concluye el investigador, "habrá que tenerlos presentes en el diseño de futuros trabajos".