SEVILLA, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD) y el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG-CRG) ha revelado que el hueso de ratones neonatales muestra diferencias significativas con el hueso adulto. Asimismo, el proyecto ha desvelado cómo es el hueso del ratón justo antes y después del nacimiento, comparándolo con el hueso adulto a nivel de célula individualizada. Esta técnica permite estudiar "con una alta resolución" los genes que se expresan en las distintas células que componen un órgano.
El estudio está liderado por Gretel Nusspaumer y Javier López-Ríos, investigadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y la Junta de Andalucía, en colaboración con el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG-CRG), según ha comunicado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en una nota de prensa.
En este sentido, el proyecto ha revelado que el hueso puede parecer un órgano homogéneo. Sin embargo, esto no es así ya que que está compuesto tanto por células con capacidad de formar hueso y cartílago, como por otras poblaciones con funciones muy variadas. En esta línea, Nusspaumer ha señalado que "estas poblaciones de células pueden actuar como progenitores tempranos de las células que forman el esqueleto --por ejemplo, se activan cuando se produce una rotura-- o interaccionar con el sistema inmune para permitir el desarrollo del sistema inmune". Durante el desarrollo de este estudio, se ha observado que hay poblaciones muy concretas del hueso que cambian al nacer y que, además, el hueso del recién nacido es muy diferente al del adulto.
Los resultados de este proyecto apuntan a que en la médula ósea del recién nacido se establece un ambiente anti-inflamatorio al que contribuyen poblaciones mesenquimáticas y hematopoyéticas concretas. Además, dicho ambiente es necesario para la maduración del sistema inmune, de manera que no ataque a los tejidos propios y, a la vez, permita el establecimiento de la flora intestinal.
Por su parte, López-Ríos ha apuntado que "la mayor parte de los estudios sobre el hueso en el modelo de ratón se han realizado utilizando animales adultos, así que sabemos muy poco sobre qué cambios ocurren en el mismo al nacer". De igual forma, no se habían investigado las diferencias entre neonatos y adultos entre todas las poblaciones celulares que componen el hueso. Esto es importante porque cuando nacemos, hay cambios fundamentales en nuestro organismo. Entre ellos, al dejar de estar protegidos por la madre y la placenta, el recién nacido queda expuesto al medio externo, donde se incluyen los patógenos, los cuales pueden llegar a causar graves infecciones.
En este contexto, Nusspaumer ha recalcado que "pensamos que el ambiente anti-inflamatorio en la médula ósea del recién nacido, si bien es necesario para la maduración del sistema inmune, también puede explicar por qué los neonatos son más vulnerables a las infecciones y por qué cuando se desencadena una sepsis, suele ser de evolución más rápida y severa que en adultos".
Este estudio se ha realizado en colaboración con el grupo de Holger Heyn en el CNAG, en Barcelona, expertos en el análisis de datos a nivel de célula individualizada. El ratón es el principal modelo animal para entender los procesos biológicos en humanos, y estos resultados podrían abrir un camino en la caracterización del hueso de recién nacidos, e identificar potenciales dianas para el desarrollo de terapias específicas para tratar neonatos en el contexto de sepsis y autoinmunidad.