MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigación dirigido por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha recuperado ADN antiguo de 214 patógenos humanos conocidos en humanos prehistóricos de Eurasia.
DEL ESTUDIO MÁS EXTENSO HASTA LA FECHA
El estudio muestra, entre otras cosas, que la evidencia más temprana conocida de enfermedades zoonóticas (enfermedades transmitidas de animales a humanos, como la COVID-19 en tiempos recientes) se remonta a hace unos 6.500 años, y que estas enfermedades se extendieron hace aproximadamente 5.000 años.
Se trata del estudio más extenso hasta la fecha sobre la historia de las enfermedades infecciosas y acaba de publicarse en la revista científica 'Nature'.
Los investigadores analizaron el ADN de más de 1.300 individuos prehistóricos, algunos de hasta 37.000 años de antigüedad. Los huesos y dientes antiguos han proporcionado una perspectiva única sobre el desarrollo de enfermedades causadas por bacterias, virus y parásitos.
Los resultados sugieren que la estrecha cohabitación de los humanos con los animales domésticos -y las migraciones a gran escala de pastores de la estepa póntica- desempeñaron un papel decisivo en la propagación de estas enfermedades.
PUEDE AYUDARNOS A PREPARARNOS PARA EL FUTURO
"Hace tiempo que sospechamos que la transición a la agricultura y la ganadería dio paso a una nueva era de enfermedades; ahora el ADN nos muestra que ocurrió hace al menos 6.500 años", asegura el autor del estudio, el profesor Eske Willerslev. "Estas infecciones no solo causaron enfermedades, sino que podrían haber contribuido al colapso poblacional, la migración y la adaptación genética".
Los hallazgos podrían ser importantes para el desarrollo de vacunas y para comprender cómo surgen y mutan las enfermedades con el tiempo. "Si entendemos lo que sucedió en el pasado, puede ayudarnos a prepararnos para el futuro, donde se predice que muchas de las nuevas enfermedades infecciosas emergentes tendrán su origen en animales", dice el profesor asociado Martin Sikora, primer autor del estudio.
Es probable que las mutaciones que tuvieron éxito en el pasado reaparezcan. Este conocimiento es importante para futuras vacunas, ya que nos permite comprobar si las vacunas actuales ofrecen una cobertura suficiente o si es necesario desarrollar nuevas debido a las mutaciones, añade Eske Willerslev.