MADRID, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
Algunas arritmias o alteraciones del ritmo cardíaco, como la fibrilación auricular, pueden ser asintomáticas, según ha avisado el responsable de la Unidad de Arritmias de Policlínica Gipuzkoa, el doctor José Manuel Porres.
"La fibrilación auricular es un tipo de arritmia que, en ocasiones, el paciente desconoce que padece y que puede llegar a ser muy peligrosa, ya que está asociada con el ictus", ha indicado el experto.
Normalmente, una persona sana tiene entre 50 y 90 latidos por minuto cuando está en reposo. Las desviaciones de esos valores pueden darse porque el corazón vaya muy lento, lo que se denomina bradicardia, o porque lata más deprisa, taquicardia. Los síntomas dependen del tipo de alteración, pero las arritmias son fáciles de diagnosticar.
El síntoma más evidente es que la persona que las sufre nota palpitaciones rápidas y golpes fuertes en el pecho, que en condiciones normales no suele notar. "A menudo las palpitaciones aparecen como respuestas fisiológicas del cuerpo humano ante una situación de riesgo o estrés. Las emociones, el miedo, el pánico o la ansiedad pueden provocar un aumento de la frecuencia cardíaca y las palpitaciones", ha subrayado el doctor Porres.
Por lo tanto, se recomienda acudir al médico si aparecen palpitaciones que no estén relacionadas con el miedo, la ansiedad o el nerviosismo
"También las pérdidas de conciencia y la sensación de cansancio injustificable. Además, las arritmias pueden tener consecuencias como la pérdida de conocimiento por la falta de sangre en el cerebro, bien porque el corazón late demasiado deprisa o porque late pocas veces", ha apuntado el doctor, que ha recalcado que las arritmias graves pueden "llegar a causar la muerte súbita". Como arritmias "bastante graves" pueden destacarse las taquicardias de origen hereditario.
No obstante, un aumento de la frecuencia cardíaca y las palpitaciones no implican que exista una patología. "Normalmente, las arritmias patológicas responden a enfermedades cardíacas. Por este motivo, el grupo de la población con más peligro de sufrir arritmias graves son aquellos pacientes que previamente han sufrido un infarto de miocardio", ha explicado el experto.
En este sentido, los principales grupos de riesgo para sufrir arritmias son el de las personas que han sufrido enfermedades cardíacas y las mujeres jóvenes. En el caso de las últimas, tienden a padecer arritmias "benignas, que suelen ser repetitivas y, por lo tanto, muy molestas. Sin embargo, no suponen un riesgo para la vida", ha añadido el experto.