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Actualizado: viernes, 10 marzo 2017 6:18

   MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Las personas que sienten que han sido discriminadas debido a su peso son mucho menos propensas a ser físicamente activas que quienes no perciben que han sufrido tal estigmatización, según revela una nueva investigación dirigida por 'University College London' (UCL), en Reino Unido, y publicada en la revista 'BMJ Open'.

   Los científicos examinaron datos de más de 5.400 hombres y mujeres mayores de 50 años que participaron en el Estudio Longitudinal Inglés del Envejecimiento. Las personas que se sentían discriminadas debido a su tamaño tenían probabilidades casi un 60 por ciento más elevadas de estar inactivas y un 30 por ciento menos posibilidades de realizar ejercicio moderado o vigoroso una vez por semana que sus compañeros.

   Podría haber varias razones para los hallazgos, como que las personas obesas o con sobrepeso que se sienten estigmatizadas pueden ser más reticentes a hacer ejercicio frente a otros por temor a que atraigan su atención de manera indeseable, provocándoles vergüenza o siendo objeto de burlas, según la principal autora de la investigación, Sarah Jackson, de Epidemiología y Salud Pública de UCL.

   "Las personas que han experimentado la discriminación relacionada con el peso pueden carecer de la confianza para ejercer en público. También pueden comenzar a creer los estereotipos negativos contra sí mismos como perezosos y sin esfuerzo, dejándolos preguntándose por qué deben molestarse tratando de ser activos", añade Jackson.

EL IMC NO AFECTA A LOS NIVELES DE EJERCICIO

   En el estudio, el 4,9 por ciento de los participantes informó de haber sufrido discriminación de peso, pero esto varió considerablemente en función de cómo de obesa era una persona. El 13 por ciento de las personas con obesidad dijeron que habían sufrido discriminación en comparación con el 0,9 por ciento de los participantes con sobrepeso.

   La investigación encontró que el índice de masa corporal (IMC) de una persona en sí mismo no afectó a sus niveles de ejercicio, lo que indica que las personas que experimentan discriminación probablemente sean menos activas físicamente, independientemente de su peso. Entre las limitaciones del estudio están que los datos de actividad física y la discriminación de peso fueron auto-informados.

   "Dadas las ventajas sustanciales de ser físicamente activos para la salud física y mental, las intervenciones que intenten reducir el sesgo de peso a nivel de población - - por ejemplo a través de escuelas, comunidades locales o campañas nacionales-- pueden tener mayor impacto en la salud que aquellas que animan a las personas a perder peso", propone Jackson.

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