MADRID, 20 Dic. (EDIZIONES) -
Deseada, no deseada, buscada, provocada, inadvertida... La soledad puede adoptar muchas formas y muchos colores, pero en la mayor parte de los casos es una situación que nos da miedo y nos genera rechazo, así que tratamos de evitarla a toda costa.
Aunque en realidad sea necesaria y muy positiva, si sólo nos relacionamos con ella desde la rabia y con una mirada de asco y de repulsa, no lograremos atravesar sus tortuosos caminos hasta llegar a la propia liberación; ésa que sólo se consigue cuando vamos de frente, sin dejar de avanzar.
"La soledad es a menudo una importante fuente de ansiedad, obsesión y depresiones, y en consecuencia, nos lleva a conductas muy dañinas para nosotros, para nuestra salud, y para los demás", según defiende en una entrevista con Infosalus Silvia Congost, psicóloga experta en autoestima, dependencia emocional y conflictos de pareja.
Con motivo de la publicación de su libro 'A solas. Descubre el placer de estar contigo mismo' (Zenith), Congost sostiene que enfrentarnos a la soledad es lo que más miedo da a los seres humanos. "Todo lo que tenga que ver con la pérdida, el rechazo, el abandono, la imposibilidad, el nunca más, o el no retorno, nos asusta hasta el punto de dejarnos paralizados, incluso ante situaciones verdaderamente dañinas y destructivas", aclara.
De hecho, llama la atención sobre el hecho de que las personas no sabemos estar solos, nos cuesta, nos pesa y nos molesta, y la mayor parte de personas tratamos de esquivarlo. "Si llegamos a casa y estamos solos ponemos la televisión, llamamos a alguien, nos tumbamos en el sofá con el móvil, por ejemplo, con tal de no quedarnos en silencio escuchando a nuestro cuerpo. Es lo que deberíamos hacer pero no hacemos", advierte esta psicóloga.
Así, explica que los seres humanos tenemos miedo a la soledad, ésta no nos gusta, por dos razones: el origen biológico por la que, desde que estábamos en las cavernas asociamos el ser expulsado de la cueva con el peligro de muerte por parte de un animal o otra tribu, por lo que hay una parte del cerebro que lo asocia; después se encontraría la parte social ya que desde pequeños nos educan y transmiten por todos lados (familia, medios de comunicación, o la industria a través de los anuncios) que la situación exitosa es estar en pareja.
"Según nos transmiten sin parar quedarnos sin pareja lo asociamos a un fracaso, más si eres mujer, y tratamos de evitarlo a toda costa. Lo asociamos a ser unos fracasados. Cuando te tienes que enfrentar a el 'me ha dejado mi pareja' lo vemos tan fuerte que no nos atrevemos a decirlo", resalta Congost.
POR QUÉ SABER ESTAR SOLO ES BUENO PARA NUESTRA SALUD
Con todo ello, la psicóloga experta en autoestima y dependencia emocional alerta de que cuando no se sabe estar solo te acabas aferrando a cualquier persona que te elija o que quiera estar contigo y esto te lleva a generar una dependencia emocional, a pesar de que no estás bien con esa persona pero no eres capaz de dejarlo, llegando a crearte un cuadro de ansiedad, depresión, de varios tipos dependencia, ya que estás en una relación que no funciona y no te atreves a cortarla.
Por otro lado, llama la atención sobre el hecho de que confundimos la soledad con el aislamiento. Aquí destaca que lo que sí que es dañino para la salud son las personas aisladas en contra de su voluntad, un cuadro que generalmente coincide con las personas mayores, que son personas que están solas la mayor parte del tiempo contra su voluntad, algo que puede ocasionar una mayor probabilidad de enfermedad cardiovascular y de enfermedad degenerativa.
"El ser humano es social y si bien no necesitamos una pareja, sí por salud necesitamos estar vinculados con otras personas a nivel social y sentir que somos valiosos para alguien. Pero el problema surge cuando lo asociamos únicamente a las relaciones de pareja y pensamos que sin una pareja no podemos estar. Nos abandonamos y caemos en un drama absoluto, cuando alguien no quiere estar con nosotros se va y debería ser motivo de celebración y no de desdicha", sostiene Congost.
PAUTAS PARA APRENDER A ESTAR SOLO
Así con todo, esta psicóloga enumera las que, a su juicio, suponen las principales pautas a la hora de aprender a estar solo:
1.- Fortalecer nuestra autoestima para tomar conciencia de que somos valiosos por cómo somos y de que nuestra valía no depende de que alguien quiera tener una relación de pareja con nosotros. "Sigues siendo importante y valioso para otros aunque te dejen", remarca.
2.- Si sientes que estas solo de forma literal hay que esforzarse por salir a la calle y crear nuevos vínculos sociales. Los seres humanos somos dependientes de tener otros vínculos sociales con otros, lo necesitamos.
3.- También hacer cosas como escribir sobre lo que sentimos, nos ayuda a conocernos mejor, a entrar dentro de nosotros, y a tomar conciencia de lo que nos ocurre.
4.-Tratar de vivir de nuestra vida con conciencia, tratar de vivir con más presencia, sentir el sitio donde estás ahora, lo que estamos haciendo en el momento, intentar ser más conscientes con todo lo que nos rodea, tratar de conectar más con nuestro entorno.