MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio llevado a cabo por investigadores del Yale School of Public Health (Estados Unidos) ha puesto de manifiesto que estar expuesto, aunque sea unas pocas horas, a las partículas ultrafinas ambientales comunes en la contaminación del aire puede desencadena un infarto.
"Este estudio confirma algo que se sospechaba desde hace mucho tiempo: las pequeñas partículas de la contaminación del aire pueden desempeñar un papel en las enfermedades cardíacas graves. Esto es particularmente cierto dentro de las primeras horas de exposición", han dicho los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'Environmental Health Perspectives'.
La falta de hallazgos consistentes en los estudios epidemiológicos puede deberse en parte a los diferentes rangos de tamaño y las métricas de exposición examinadas para caracterizar la exposición ambiental a las partículas ultrafinas de la contaminación.
Por este motivo, los investigadores estaban interesados en saber si la exposición transitoria a estas partículas podría desencadenar ataques cardiacos y, si las métricas alternativas, como la longitud de las partículas y las concentraciones de área de superficie, podrían mejorar la investigación de los efectos sobre la salud relacionados con la contaminación.
Para ello, analizaron los datos de un registro de todos los casos de más de 5.898 personas que sobrevivieron a un infarto entre los años 2005 y 2015, junto a los niveles de contaminación que se registraron a la hora en la que se produjo el infarto y el estado socioeconómico de los pacientes.
"Los efectos de la longitud de las partículas y las concentraciones en la superficie fueron más fuertes que los de la concentración del número de partículas y se mantuvieron similares después del ajuste para otro aire contaminantes. Nuestros análisis futuros examinarán las exposiciones combinadas por hora tanto a la contaminación del aire como a la temperatura extrema. También identificaremos subpoblaciones vulnerables con respecto a enfermedades preexistentes y la ingesta de medicamentos", han zanjado los investigadores.