MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación dirigida por la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, en Estados Unidos, arroja luz sobre cómo se introduce el 'Staphylococcus aureus' resistente a la meticilina (SARM) en los hogares y, una vez allí, cómo se puede propagar entre los miembros de la familia, incluidos los animales. Comprender esta dinámica de transmisión es fundamental para diseñar tácticas preventivas efectivas.
El estudio, realizado con investigadores de la Universidad de Chicago, se publica en la revista 'The Lancet Infectious Diseases'. El uso excesivo de antibióticos ha hecho que el SARM sea más común y difícil de tratar debido al contagio de la bacteria junto con su resistencia a los medicamentos estándar para combatir infecciones. Además, las personas infectadas también enfrentan un alto riesgo de recurrencia.
"El entorno familiar desempeña un papel clave en la transmisión de SARM en el entorno comunitario --explica la autora principal del estudio, Stephanie A. Fritz, profesora asociada de Pediatría de la Universidad de Washington en la División de Enfermedades Infecciosas Pediátricas--. Esto sugiere que los intentos agresivos de eliminarlo de las superficies del hogar pueden reducir significativamente la cantidad de infecciones que estamos viendo ahora".
"No solo un paciente contraería estafilococo sino varios miembros de una familia --añade Fritz, que trata a pacientes en el Hospital de Niños de St. Louis--. Dentro de un año, veríamos a muchos pacientes regresar con infecciones recurrentes. Sentimos que era necesario enfocarnos en el papel específico que juegan los entornos domésticos en la adquisición y transmisión de SARM".
El 'Staphylococcus aureus' generalmente vive inofensivamente en la piel en aproximadamente un tercio de la población humana. La bacteria puede propagarse a través del contacto de piel a piel o al tocar superficies contaminadas. La infección en sí se parece a una picadura de insecto llena de pus. Sin embargo, puede causar neumonía, daño grave en los órganos y la muerte cuando llega al torrente sanguíneo, los huesos o los órganos.
El estudio se centró en los hogares de 150 niños sanos con una edad promedio de 3 años que habían sido tratados por infecciones por estafilococos en hospitales y consultorios pediátricos desde 2012 hasta 2015. También se inscribieron casi todos los miembros de la familia de los niños, que totalizaron 692 personas y 154 gatos y perros.
Los investigadores visitaron cada hogar cinco veces durante un período de un año para obtener muestras de hisopos de las fosas nasales, axilas e ingles de las personas. En cuanto a los gatos y perros, los investigadores recolectaron muestras del interior de la nariz y a lo largo de la espalda de los animales, la principal zona de caricias. Encontraron SARM en casi la mitad de las personas y en un tercio de las mascotas al menos una vez durante el año.
Las mascotas ofrecieron uno de los hallazgos más interesantes del estudio. "A veces se piensa que los gatos y los perros transmiten gérmenes dañinos --señala Fritz--. Pensamos que podrían ser un reservorio del germen de estafilococos y desempeñar un papel en su propagación. Pero nuestro estudio mostró que los gatos y los perros tenían más probabilidades de contraer estafilococos de los humanos que al revés".
Además, los investigadores evaluaron el estafilococo en 21 superficies domésticas, como picaportes de puertas de refrigeradores, grifos de fregadero, encimeras de baño, sábanas, toallas de baño, interruptores de luz, teléfonos, controladores de televisión y videojuegos, y teclados y ratones de computadora.
Un análisis molecular de cada muestra de estafilococo (3.819 en total) sirvió como una huella dactilar bacteriana, lo que permitió a los investigadores determinar la dinámica de transmisión exacta de cepas específicas.
"Estudios anteriores no han distinguido entre las cepas de estafilococos --apunta Fritz--. Al analizarlo, pudimos determinar diferentes factores de riesgo de cómo el germen del estafilococo entra en la casa y luego, una vez allí, cómo se propaga".
"Se piensa que el estafilococo se transmite de persona a persona, y eso es a menudo cierto --prosigue--. Pero nuestro estudio muestra que el entorno familiar también sirve como un reservorio clave para la transmisión continua de estafilococos. De hecho, hubo una serie de casos en los que el medio ambiente era la única fuente potencial de transmisión".
"La adquisición de SARM en el hogar es impulsada igualmente por la introducción de nuevas cepas de estafilococos a la casa y la transmisión de cepas establecidas entre los miembros de la familia", agrega.
Los participantes del estudio también respondieron más de 100 preguntas sobre higiene y otros hábitos personales. "El uso de datos genéticos y epidemiológicos puede ayudarnos a encontrar planes de tratamiento y medidas preventivas --razona Patrick Hogan, especialista en investigación clínica de la Facultad de medicina y coautor del estudio responsable de analizar gran parte de los datos--. Por ejemplo, podemos decirle a las personas qué deben detener o comenzar a hacer para reducir el riesgo de infecciones por estafilococos".
Así, los investigAdores apuntan que las personas que se lavan las manos frecuentemente (con jabón o desinfectante para manos) después de usar el baño, antes de preparar alimentos, antes de comer y después de cambiar un pañal tienen menos probabilidades de traer estafilococos a sus hogares. Es más probable que los niños, especialmente los que asisten a la guardería, traigan estafilococos a sus hogares.
Respecto a los principales factores asociados con la propagación del estafilococo de una persona a otra, descubrieron que es más probable cuando existe una considerable contaminación por MRSA en las superficies ambientales. También en hogares con niveles de limpieza más bajos, según lo definido por el equipo de investigación y en base a observaciones de olor, desorden y suciedad, así como en casas alquiladas y llenas de gente.
También hallaron que es más fácil la propagación cuando las personas comparten habitaciones, camas, toallas (manos, cara o baño) o artículos de higiene, como navajas y cepillos de dientes, con alguien que transmite contaminado.
Por ello, concluyen que los hábitos de higiene que reducen el riesgo de contraer el estafilococo en el hogar incluyen ducharse en lugar de bañarse, cepillarse los dientes al menos dos veces al día y usar un jabón líquido antibacteriano para manos.
"No es una buena idea compartir artículos de higiene personal --recuerda Hogan--. Sin embargo, lo más importante para evitar los contagios, por obvio que pueda parecer, es lavarse las manos con frecuencia, ya que ofrece la mejor protección contra la adquisición de SARM".