MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
La esquizofrenia es un trastorno mental grave que se caracteriza por distorsiones en el pensamiento, la percepción, las emociones, el lenguaje y la conducta, y afecta a más de 21 millones de personas a nivel mundial, según ha denunciado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este organismo de Naciones Unidas recuerda en su página web que se trata de una enfermedad "tratable" mediante medicamentos y apoyo psicosocial que, sin embargo, no reciben la mayoría de estos afectados. En especial en los países en desarrollo, donde viven el 90 por ciento de estos pacientes no tratados.
Conocer de dónde viene y cómo se ha producido, podría ayudar a tratarla mejor. Con esta intención, el investigador del Hospital del Monte Sinaí, en Nueva York, Estados Unidos, Joel Dudley, ha realizado un estudio que sugiere que los mismos cambios específicos de la evolución humana pueden haber tenido algo que ver en su causa, contribuyendo a la arquitectura genética subyacente de los rasgos de esquizofrenia en los humanos modernos.
"Estábamos intrigados por el hecho de que a diferencia de muchos otros rasgos mentales, los rasgos de la esquizofrenia no se han observado en otras especies distintas de los seres humanos y la esquizofrenia tiene vinculaciones interesantes y complejas con la inteligencia humana", afirma el doctor Joel Dudley, quien dirigió el estudio junto con el doctor Panos Roussos.
"El rápido aumento de los datos genómicos secuenciados a partir de grandes cohortes de pacientes con esquizofrenia nos permitió investigar la historia de la evolución molecular de la esquizofrenia en nuevas y sofisticadas formas", añade el investigador del trabajo, que se publica en 'Molecular Biology and Evolution'.
El equipo examinó un vínculo entre estas regiones y la evolución humana específica en los segmentos genómicos llamados regiones humanas aceleradas o HAR, que son señales cortas en el genoma que se conservan entre las especies no humanas, pero experimentaron tasas de mutación más rápidas en los seres humanos. Por lo tanto, estas regiones, que se cree que controlan el nivel de expresión génica, pero no mutan el gen en sí mismo, pueden ser un área poco explorada de la investigación sobre la enfermedad mental.
PRIMER ESTUDIO QUE ANALIZA EL GENOMA
El equipo de investigación es el primer estudio que tamiza a través del genoma humano e identifica un patrón común entre la ubicación de HAR y un loci genético recientemente identificados de la esquizofrenia. Para realizar su trabajo, emplearon un estudio recientemente finalizado que incluyó 36.989 casos de esquizofrenia y 113.075 controles.
Encontraron que los loci esquizofrénicos fueron más fuertemente asociados en regiones genómicas cerca de HAR que se conservan en los primates no humanos y estos loci esquizofrénicos vinculados con HAR están bajo fuerte presión selectiva de la evolución en comparación con otros loci esquizofrénicos.
Además, estas regiones controlan genes que se expresan sólo en la corteza prefrontal del cerebro, lo que indica que HAR puede desempeñar un papel importante en la regulación de genes que se encuentran vinculados a la esquizofrenia. Específicamente hallaron la mayor correlación entre loci esquizofrénicos asociados a HAR y los genes que controlan la expresión del neurotransmisor GABA, el desarrollo del cerebro, formaciones sinápticas y moléculas de señalización.
Su nuevo enfoque evolutivo proporciona nuevos conocimientos sobre la esquizofrenia y objetivos genómicos a los que dar prioridad en los estudios futuros y objetivos de desarrollo de fármacos. Además, hay nuevas vías importantes para explorar el papel de los HAR en otras enfermedades mentales como el autismo o el trastorno bipolar.