MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las personas con esquizofrenia tienen tres veces más probabilidades de morir y mueren más jóvenes que la población general, lo que indica una necesidad de idear soluciones para reducir esta brecha, según una investigación publicada en 'Canadian Medical Association Journal'.
Este gran estudio examinó todas las muertes en Ontario, Canadá, durante un periodo de 20 años (1993-2012) --más de 1,6 millones de muertes-- para comprender las tendencias en la esquizofrenia. De éstas, 31.349 fueron muertes de personas con esquizofrenia y entre ellas había mayor número de mujeres, personas más jóvenes y que viven en barrios de bajos ingresos en comparación con la población general.
A pesar del aumento de la esperanza de vida, las personas con esquizofrenia murieron 8 años más jóvenes que la población general (la edad de muerte aumentó de un promedio de 64,7 a 67,4 años de 1993 a 2012 entre las personas con esquizofrenia en comparación con 73,3 a 76,7 años en la población general). La mortalidad por todas las causas disminuyó en un 35 por ciento en paralelo en ambos grupos.
Estudios previos identificaron a las personas con esquizofrenia usando los ingresos hospitalarios, los cuales tienden a ser más severos o usan una categoría de enfermedad mental severa que incluye patologías distintas de la esquizofrenia. En Ontario, los investigadores han desarrollado métodos y tienen acceso a datos que permiten un análisis más completo y más preciso sobre la relación entre la esquizofrenia y la mortalidad.
SE NECESITAN MÁS ESFUERZOS PARA REDUCIR LA BRECHA EN LA MORTALIDAD
También se han detectado altas tasas de mortalidad entre las personas con esquizofrenia en pequeños estudios anteriores y de otros países como Escandinavia y Australia. "Está claro que no hay suficiente evidencia para apoyar qué deberíamos estar haciendo", dice el doctor Paul Kurdyak, del Centro de Adicción y Salud Mental y el Instituto de Ciencias de Evaluación Clínica, en Toronto, Ontario, Canadá.
"Este estudio, además de documentar tasas de mortalidad asombrosamente altas, también apunta a una cuestión de equidad; que los individuos con esquizofrenia no se benefician de la salud pública y las intervenciones de atención sanitaria al mismo grado que las personas sin esquizofrenia. La esquizofrenia y las enfermedades médicas comórbidas crean un enorme reto para los proveedores y los sistemas de atención de la salud de manera más amplia", añade Kurdyak, también director de 'Health Outcomes' con la 'Medical Psychiatry Alliance'.
Las personas con esquizofrenia no se han beneficiado de las reducciones en las muertes cardiovasculares observadas en la población general. El acceso a la atención médica y al estilo de vida, como mayores tasas de tabaquismo, consumo de alcohol, dietas deficientes y falta de ejercicio, pueden explicar el mayor riesgo de mortalidad de las personas con esquizofrenia.
"Aunque ha habido numerosos llamamientos a la acción para ayudar a las personas con enfermedades mentales severas, como la esquizofrenia, para manejar las enfermedades crónicas, y aunque las tendencias decrecientes y el estrechamiento de la brecha absoluta que observamos son desarrollos positivos, se requiere más esfuerzo para reducir la considerable disparidad en la mortalidad y la carga de la enfermedad", concluye el estudio.