LOGROÑO 28 May. (EUROPA PRESS) -
Espido Freire ha advertido hoy de que el 25% de la población universitaria femenina "tiene factores de riesgo" de padecer bulimia y anorexia, porcentaje que desciende "si cambiamos de edad o si hablamos de los chicos".
La escritora se encuentra en Logroño por invitación de la Asociación de Trastornos de la Conducta Alimentaria de La Rioja (ACAB) para hablar sobre ambas enfermedades, con mayor incidencia entre los jóvenes, en una conferencia que se celebra en el Centro Cultural Ibercaja, a partir de las 20.00 horas.
En la rueda de prensa previa a este acto, la escritora dejó claro que se trata de "enfermedades mentales", alejadas de modas y tendencias, que surgen "como fruto de no saber enfrentarse a los conflictos".
Estas patologías se dan con mayor incidencia en jóvenes con un perfil "perfeccionista e inmaduro" y requieren "tratamiento, pues no hay atajos".
Su origen se encuentra en múltiples factores, desde la genética hasta las amistades, que deja "muchos responsables" (familia, publicidad, amistades, medicina, papel de la mujer en la sociedad o la moda), pero "ningún culpable".
La implicación de la escritora (Bilbao, 1974) en esta causa se hizo pública en 2001 coincidiendo con la publicación de la obra 'Cuando comer es un infierno' en el que relataba los testimonios de cuatro mujeres que padecieron estas enfermedades.
La propia Freire enfermó de bulimia cuando tenía 15 años, aunque se recuperó posteriormente al ingresar en la Universidad.
Indicó que "uno de los mayores miedos" reside en tener que comunicar la enfermedad y hablar de ella, tal y como le expresan las personas que se dirigen a ella. Sin embargo, éste es el camino para empezar la recuperación, en la que deben colaborar distintos especialistas médicos, como psicólogos, psiquiatras, médicos de familia y ginecólogos.
Los problemas surgen de la asociación de las emociones a los alimentos. "Son las llamadas emociones erróneas" en una sociedad "en la que nunca resultó más fácil conseguir comida".
Los alimentos están ahora "más a mano que nunca", lo que propicia que se conviertan "en solución para todo". En unos casos se traduce en comer de forma desmesurada y en otros en apenas probar bocado.
A ello también contribuye una "sociedad cambiante" en la que se alarga la infancia y la adolescencia con lo que se acumula un notable retraso en la madurez de las personas.
No obstante, incidió que mediante un tratamiento se pueden superar las secuelas de esta enfermedad. "Cuando me recuperé pude comprobar la diferencia entre tener salud o estar enferma", precisó.