Los menores de 45 años que viven en zonas menos favorecidas tienen un riesgo tres veces mayor de fallecer por causas evitables
VALÈNCIA, 26 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Comunitat Valenciana tiene una de las esperanzas de vida de las más altas de Europa, con una media de 82,3 años, 85,1 las mujeres y 79,5 los hombres. Sin embargo, en las grandes ciudades se observan diferencias de hasta cinco años en la esperanza de vida según el barrio de residencia, lo que demuestra que las diferencias socioeconómicas repercuten en el nivel de salud.
Así, se desprende del informe 'Desigualdades en salud en la Comunitat Valenciana' elaborado desde la dirección general de Salud Pública de la Conselleria de Sanidad para orientar las políticas de equidad en salud y poder evaluarlas en el tiempo.
El informe toma como ejemplo un viaje de la línea 4 de Metrovalencia, y refleja una diferencia en la esperanza de vida en hombres de 5,8 años entre dos de sus paradas: La Cadena, en el Distrito Marítimo, con 73,4 años, y Pont de Fusta, con 79,2 años.
No obstante desde el año 2000 ha aumentado en 3,2 años para ambos sexos la vida media. En general, las mayores esperanzas de vida se presentan en las comarcas de la costa alicantina, el interior de Castellón y el Baix Maestrat. En las grandes ciudades, Elx tiene la más alta para hombres (76, 98) y Alicante para mujeres (83,04).
Este primer informe del Observatorio Valenciano de Salud (OVS!)traza un análisis epidemiológico de indicadores de la salud en la Comunitat entre los años 2000 y 2015 a partir de territorio, género, edad, lugar de origen, nivel de estudios y situación laboral.
Al respecto, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, ha destacado que "el análisis sistemático de estos datos permitirá evaluar en el futuro el efecto de las acciones que se impulsamos e identificar nuevas necesidades de acción".
EL 80% DE LAS MUERTES EVITABLES SE PRODUCEN EN HOMBRES
Entre los parámetros que analiza, el informe apunta que el 80% de las muertes evitables prevenibles se producen en hombres. El cáncer de tráquea, bronquios o pulmón, representa casi el 50% de estas defunciones en su caso. Además, los menores de 45 años que residen en zonas socioeconómicas menos favorecidas tienen un riesgo tres veces mayor de fallecer por causas evitables prevenibles que las residentes en las zonas más favorecidas.
En la Comunitat Valenciana, el cáncer de pulmón es la primera causa de mortalidad por cáncer en los hombres y la tercera en las mujeres. La migración se considera una de las causas del aumento del riesgo de mortalidad por este cáncer en mujeres en zonas concretas.
Así, se observa mayor mortalidad por cáncer de pulmón en los municipios con mayor concentración de población de mujeres mayores, procedentes de países como Reino Unido o Alemania. La tendencia del consumo de tabaco en estas mujeres explica el mayor riesgo existente en comarcas como la Marina Baixa o el Baix-Segura.
Respecto de las enfermedades cardiovasculares, primera causa de mortalidad para ambos sexos, que llegó a provocar un fallecimiento cada 40 minutos en 2012, muestran una clara tendencia descendente (hasta un 33% menos), más marcada en zonas como Dénia, Sant Joan, Orihuela o Torrevieja.
ACCIDENTE DE TRÁFICO
Asimismo, hay una diferencia clara entre sexos en accidentes de tráfico de vehículo a motor: los hombres presentan una tasa de mortalidad cinco veces mayor que las mujeres, especialmente entre los 15 y los 34 años, excepto los mayores de 65, que son precisamente el grupo de mayor mortalidad entre las mujeres.
Entre los varones, los usuarios vulnerables de la vía que más defunciones presentan son los motoristas (22%) y en las mujeres las peatonas (40%). El 85,7% de las defunciones cuya víctima es un ciclista son masculinas.
Por otro lado, las muertes por suicidio son tres veces más frecuentes en hombres que en mujeres, si bien en el caso de las mujeres la tasa de mortalidad es ligeramente superior a la del resto de España. Por zonas, en ambos sexos destacan tasas más elevadas de muerte por suicidio en algunos departamentos de salud de Alicante, como la zona de Dènia. Por edades, las mayores tasas de mortalidad por suicidio se dan en varones de más de 65 años y en mujeres de 45 a 64 años.
Por otro lado, las tasas de tuberculosis en personas extranjeras son siempre superiores a las de la población autóctona. Dentro del colectivo inmigrante, el mayor número de casos se da en personas procedentes de Rumanía, Marruecos, Bolivia, Ecuador y Pakistán. Y con relación al abandono prematuro del tratamiento, se identifican como factores asociados la marginación social, el abuso de alcohol y el antecedente de abandono previo.
El informe refleja también la brecha de género en la salud percibida. Así, según se desciende en la clase social, disminuye la valoración positiva del propio estado de salud, siendo este efecto más acusado en las mujeres.
De este modo, la ventaja biológica de ser mujer y disfrutar de mayor longevidad tiene como contrapartida la mayor probabilidad de sufrir mayor carga por enfermedades crónicas. Las mujeres de la Comunitat refieren con mayor frecuencia que los hombres padecer dolores, malestar, depresión, ansiedad y problemas para caminar.
DOS DE CADA DIEZ JÓVENES NO USA UN ACTICONCPETIVO CORRECTO
Dos de cada diez mujeres menores de 21 años no utiliza habitualmente un método anticonceptivo correcto. Factores socio-culturales como la nacionalidad influyen en las pautas de salud sexual; de hecho, las inmigrantes siguen con mayor frecuencia pautas incorrectas.
Otro dato del informe es la mortalidad perinatal según el país de origen. En concreto, en la Comunitat Valenciana los hijos de mujeres extranjeras tienen un riesgo un 44% superior de fallecer por muerte perinatal que los hijos de madres españolas. Por países, las mujeres procedentes de Europa oriental y de África presentan los peores resultados en mortalidad fetal. Esta desigualdad podría estar relacionada con un inadecuado control del embarazo.
Respecto a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, las tasas más elevadas las presentan las mujeres de 20 a 24 años. Las inmigrantes presentan tasas más altas que las españolas, sobre todo las africanas y lationamericanas. La falta de acceso a recursos (vivienda, trabajo, educación, alimentación saludable) explica algunas causas de enfermedad o mala salud. En este sentido, el informe considera que el estudio de las desigualdades permite detectar zonas o colectivos que requieren intervenciones más intensas o focalizadas.
DESIGUALDADES SOCIALES EN CONSUMO DE TABACO
En la población más joven, el consumo de tabaco ha descendido en todos los niveles de educación y clase social, pero en las edades intermedias, el tabaquismo ha aumentado en las mujeres con menor nivel de estudios y en los estratos sociales más desfavorecidos, lo que acentúa las desigualdades.
Además, el consumo de alcohol se está feminizando. Así, entre los jóvenes, la proporción de chicas que consumen alcohol de forma intensiva es superior a la de los chicos (20,3% frente al 14,5%).
Otro factor analizado, la obesidad, refleja el reemplazo de la dieta tradicional por una mayor consumo de grasa animal y azúcares, y sobre todo que la evolución positiva hacia el mayor consumo de fruta y verdura ha tenido mayor reflejo entre la población más favorecida, no en todos los grupos sociales.
Por otro lado, la probabilidad de participar en programas preventivos como el cribado del cáncer colorrectal son menores en hombres inmigrantes, especialmente los procedentes de Asia y Oriente Próximo, los magrebíes y la población gitana, lo que determina la necesidad de programas dirigidos específicamente a ellos.