MADRID 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
La española Sara Martín vive en la región de Lombardía, a solo 10 km deL primero de los pueblos aislados dentro de la considerada como zona roja por ser el foco de contagio del coronavirus y explica a Europa Press que está viviendo toda la situación "con serenidad" aunque persiste en el ambiente un sentimiento de "histeria generalizada".
Lodi, la localidad en la que vive con su marido italiano y sus tres hijos no ha sido de momento bloqueada por el departamento de Protección Civil de Italia, pero a su juicio es "cuestión de horas" porque ya se ha dado el "primer caso" de contagio del coronavirus en el hospital. "No nos han aislado todavía, pero vivimos como si ya los estuviéramos. Los supermercados están vacíos, no hay nadie por la calle, han cerrado colegios, guarderías, parques, gimnasios", describe. "Nos han aconsejado que no hagamos vida social. Estamos haciendo vida en casa; no nos planteamos quedar con amigos ni que ellos vengan a casa", agrega.
Desde el viernes ni sus hijos, ni su marido, a quien la empresa para la que trabaja en Milán le ha pedido que se quede en casa para evitar contagios, han salido a la calle. "Yo salí un momento porque necesitabas potitos. Pero el supermercado estaba vacío y con pocos productos. Solo encontré un melón y un coco, ni una bolsa de lechuga, ni una triste pechuga de pollo", explica.
Sara Martí da cuenta de la "psicosis" que se hace patente sobre todo en los grupos de Whatssap de madres del colegio y guardería de sus hijos. "El miedo existe. Yo intento vivirlo con tranquilidad porque nos quedan mínimo 15 días de estar encerrados en casa así que mejor llevarlo lo mejor posible", relata. De hecho, explica que en su mismo edificio hay una persona en cuarentena porque trabajaba en el hospital de Cotogno donde se piensa que pudo comenzar el contagio del coronavirus.
Para mantener informados a todo aquel que quiera, esta española cuenta su día a día en la cuenta de Twitter del grupo 'Mujeres teníamos que ser' donde también evidencia sin alarmismos la última hora de la situación de contagio del coronavirus.