Pikolin lanza su segunda campaña de 'Concienciación por la salud acústica'
MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
España es uno de los países con los niveles de ruido más altos de la Unión Europea, lo que provoca que haya también una mayor incidencia de trastornos de salud acústica, según destacó el Gruupo Pikolín durante la presentación de su segunda campaña de 'Concienciación por la salud acústica'.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 76 por ciento de la población mundial está expuesta a ruidos muy superiores a los tolerados por un oído sano, de más de 65 decibelios, algo perjudicial para la salud dado que el oído es uno de los órganos más sensibles del cuerpo humano y su exposición al ruido incide negativamente en la calidad de vida.
Además, uno de cada tres ciudadanos (29%) reconoce estar molestos por los ruidos que hacen sus vecinos, lo que impide un descanso adecuado y una falta de sueño que, al mismo tiempo, conlleva "graves consecuencias en la salud mental y en el rendimiento laboral".
En el caso de los adultos, el ruido produce efectos como alteraciones psicológicas, distorsión del sueño, cansancio, estrés, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, riesgo de alteraciones del encefalograma y aumento de la incidencia de úlceras gastroduodenales. En cuanto a los niños, el ruido provoca en ellos alteraciones del sueño y de los procesos respiratorios y dificultad para el aprendizaje y el lenguaje.
Ante esta situación, Pikolin pretende con su campaña sensibilizar a la población de que "todos somos parte del problema, pero a la vez, parte de la solución", ya que "aprendiendo a respetar el descanso de nuestros vecinos, conseguiremos disminuir los ruidos que impiden dormir bien y contribuiremos de este modo, a reducir uno de los principales focos de contaminación acústica".
De este modo, y coincidiendo con la Presidencia Española de la Unión Europea, piden tomar como ejemplo a los ciudadanos de Alemania o Austria, que "suelen ser muy respetuosos con el descanso de sus vecinos y no permiten producir ruido desde las 22.00 horas hasta las 7.00 horas de la mañana por norma general; o a los habitantes de Dinamarca, que están obligados a notificar al menos con una semana de antelación que celebran una fiesta en su domicilio y no deben hacer ruido pasada la una de la madrugada.