Cree que China ocultó información y que fueron colegas italianos los que avisaron de que los enfermos "morían como chinches"
MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
El fundador de la Sociedad Española de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas y miembro del Consejo Científico Asesor de la Fundación Gadea Ciencia, Emilio Bouza, ha reconocido este martes en el Congreso que España había "perdido tiempo" en la lucha contra el Covid 19 y, en concreto, ha asegurado que el país "llegó, al menos, 10 días tarde".
Así lo ha asegurado durante su comparecencia ante el grupo de trabajo de Sanidad y Salud Pública de la Comisión de Reconstrucción del Congreso, en donde varios grupos parlamentarios le han cuestionado sobre la gestión del Gobierno durante los primeros meses en los que se tuvo conocimiento del virus.
Según ha explicado, el primer caso con síntomas de coronavirus llegó a su centro el 1 de marzo y el día 10 había unos 100 casos. De ellos, fallecieron 23, (casi la cuarta parte), de los que 20 eran mayores de 70 años y tres tenían patolgías graves previas (cáncer, leucemia). "Este virus ha afectado particularmente a los mayores o muy mayores", ha lamentado.
HUBO RESBALONES
En su intervención, Bouza ha reconocido que China sólo informó "sobre una parte de la verdad", una circunstancia que, a su juicio, ha provocado "algunos resbalones de crédito" entre los profesionales sanitarios españoles, especialmente en lo que se refiere a la mortalidad de la enfermedad.
Según ha explicado, las revistas científicas más prestigiosas han tenido "manga ancha" en la publicación de algunos estudios chinos sobre el coronavirus que se desarrollaban en tres días. Según ha indicado, realizar un trabajo en tan poco tiempo, con estadísticas, es muy difícil y, al mismo tiempo, ha generado confusión sobre la enfermedad.
En este sentido, ha explicado que él mismo se creía la "mortalidad baja" del virus, según los datos de China. Hasta que "a finales de febrero" recibieron llamadas de residentes españoles que trabajan en hospitales italianos y les contaron que eso "era horrible". "Mueren como chinches", ha explicado Bouza que le contaban los médicos españoles que estaban en Italia.
DEBEMOS ENTONAR UN MEA CULPA
A su juicio, esta situación "debía haber advertido" de lo que iba a ocurrir en el país después. Sin embargo, ha explicado, las autoridades españolas crearon su estrategia aceptando que "se trataba de un brote de coronavirus parecido a los anteriores y que, como tal, se limitaría a China e impactaría muy poco en países occidentales". "Lo pensó todo el mundo que conozco en España y es un mea culpa que debemos entonar", ha indicado.
Sobre las instrucciones que recibieron en el Gregorio Marañón, el compareciente ha explicado que en febrero recibieron la orden de enviar al Instituto de Salud Carlos III las muestras de aquellos pacientes que ingresaran con síntomas de Covid19, una orden en la que "la Comunidad de Madrid, afortunadamente, no creyó" y llamó a sus microbiólogos y comenzó un entrenamiento de preparación de pruebas PCR en los cuatro grandes hospitales.
A su juicio, esta decisión permitió que, "a finales de febrero" estas pruebas estuvieran "listas" y se pudiera afrontar "el aluvión" de pacientes que despiés se les vino encima.
Además, ha denunciado el "deficiente aprovisionamiento" de material de protección y de reactivos de laboratorio, a pesar de "los esfuerzos de la Comunidad de Madrid" y la "inexistencia" de los servicios de microbiología en los hospitales del país en un régimen de 24 horas, 7 días alas semana. Del mismo modo, ha señalado que esta crisis ha demostrado la formación "estrecha" de los sanitarios españoles. En este sentido, ha indicado que había cirujanos que no podían ayudar en UCI porque no sabían, por ejemplo, intubar.