MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cada año, millones de personas intentan perder peso siguiendo dietas restrictivas o rutinas extenuantes, pero la mayoría recupera lo perdido en poco tiempo. ¿Por qué fallan tantas estrategias para combatir la obesidad? Más allá del número en la báscula, expertos empiezan a replantear todo el enfoque: tal vez el problema no esté solo en los cuerpos, sino en cómo los tratamos.
Un estilo de vida saludable tiene importantes beneficios, pero que el peso por sí solo podría no ofrecer una imagen adecuada de la salud de una persona, y recomiendan que los médicos brinden atención médica de alta calidad basada en la evidencia que refleje las preferencias y necesidades individuales, independientemente del peso.
Las intervenciones en el estilo de vida que se centran en restringir la ingesta energética y aumentar la actividad física han sido durante décadas la principal recomendación para reducir el peso en personas con obesidad
¿POR QUÉ NO ES BUENO PENSAR TODO EL TIEMPO EN EL PESO?
Centrarse únicamente en lograr la pérdida de peso en personas con un índice de masa corporal (IMC) alto puede ser más perjudicial que beneficioso, según argumentan expertos en de la Universidad Heinrich-Heine, en Düsseldorf, Alemania, en un artículo publicado en 'The BMJ'.
Juan Franco y su equipo afirman que, en promedio, las personas con sobrepeso no podrán mantener una pérdida de peso clínicamente relevante con intervenciones en el estilo de vida, mientras que los posibles daños de las intervenciones para la pérdida de peso, incluyendo el reforzamiento del estigma relacionado con el peso, aún no están claros.
La evidencia rigurosa ha indicado que las intervenciones en el estilo de vida son en gran medida ineficaces para lograr una pérdida de peso sostenida a largo plazo y reducir los eventos cardiovasculares (p. ej., infartos y accidentes cerebrovasculares) o la muerte.
Si bien un estilo de vida saludable ofrece importantes beneficios, reconocer que el peso por sí solo podría no ofrecer una imagen adecuada de la salud de una persona y reconocer las limitaciones de las intervenciones en el estilo de vida para la pérdida de peso podría allanar el camino para una atención más eficaz y centrada en el paciente, afirman los autores.
OBJETIVO: NO CENTRASE EN LA PERDIDA
Centrarse en la pérdida de peso también podría contribuir al sesgo social relacionado con el peso (actitudes, suposiciones y juicios negativos sobre las personas en función de su peso), que no solo puede tener efectos adversos en la salud mental, sino que también puede estar asociado con trastornos alimentarios, la adopción de hábitos poco saludables y el aumento de peso, añaden.
Señalan que las guías clínicas recientes reflejan el creciente reconocimiento de que el peso es una medida inadecuada de la salud, y enfoques alternativos, como la Salud en Todas las Tallas (HAES), reconocen que se puede lograr una buena salud independientemente de la pérdida de peso y han mostrado resultados prometedores en la mejora de los hábitos alimentarios.
Si bien estos enfoques deben evaluarse en ensayos clínicos a gran escala, los médicos pueden aprender de ellos para brindar una atención mejor y más compasiva a los pacientes con cuerpos más grandes, sugieren.
"Los médicos deben estar preparados para informar a las personas que buscan bajar de peso sobre los posibles beneficios y perjuicios de las intervenciones y minimizar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios y los impactos a largo plazo en el metabolismo", escriben. "Este enfoque centrado en el paciente probablemente brindará una mejor atención al adaptarse a sus preferencias y circunstancias, a la vez que reduce los prejuicios relacionados con el peso".
"Los consejos médicos sobre alimentación saludable y actividad física siguen siendo relevantes, ya que pueden mejorar la salud. El objetivo principal es ofrecer una buena atención independientemente del peso, lo que implica no descuidar la situación, sino analizar los beneficios, los perjuicios y lo que es importante para el paciente", concluyen.