ZARAGOZA 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores de Aragón ha obtenido un nuevo material a partir de botellas, bolsas y otros productos plásticos desechados para sustituir el polipropileno con el que están fabricadas las mascarillas quirúrgicas, las de uso más extendido, acción que se ajusta a los principios de la economía circular.
El Gobierno de Aragón ha informado en una nota de prensa de que el equipo está integrado por miembros del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), del Instituto de Carboquímica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA) --entidad mixta del CSIC y de la Universidad de Zaragoza--.
El proyecto ha logrado desarrollar medios filtrantes basados en microfibras y nanofibras electrohiladas de tereftalato de polietileno (PET) obtenido de botellas de plástico, bolsas y otros productos plásticos desechados, que a su vez puede reciclarse para fabricar nuevas mascarillas, con la consiguiente reducción del impacto medioambiental que está ocasionando la obligatoriedad de llevar mascarilla debido a la pandemia de la COVID-19.
La combinación de diferentes tamaños de microfibra o nanofibra permite generar medios filtrantes de un amplio espectro de eficiencias, desde mascarillas quirúrgicas, hasta las FFP1, FFP2 y FFP3. En comparación con el polipropileno habitualmente utilizado en este tipo de productos, el obtenido por esta vía es igualmente hidrófobo, puede reciclarse y re-electrohilarse y surge a partir de plástico desechado por lo que se considera más sostenible y respetuoso con el entorno.
En concreto, la mascarilla desarrollada está compuesta por tres capas: dos externas, situadas en los lados interno y externo, y un medio filtrante como capa intermedia. Las dos capas protectoras no presentan apenas pérdida de carga, pero sí elevada hidrofobicidad, han apuntado desde el Ejecutivo autonómico.
Ambos tejidos han sido producidos mediante técnicas de electrohilado y presentan una eficiencia de retención superior al 98 por ciento ante partículas de entre 0,5 y 3 micras y del cien por cien para partículas de 3 micras y superiores. Así, respecto a la mascarilla quirúrgica actual, el tejido basado en PET presenta mejor comportamiento en la retención de partículas finas y gruesas.
OBTENCIÓN
El Gobierno de Aragón ha precisado que estos materiales se han obtenido en las instalaciones y con los recursos del IIS Aragón, del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA) y del Instituto de Carboquímica del CSIC.
En concreto, el equipo que ha conseguido esta innovación está formado por Marta Baselga, del IIS Aragón, que ha sido la investigadora principal; por Santiago Jiménez, del Instituto de Carboquímica; y por Manuel Arruebo, Cristina Yus, Víctor Sebastián y Silvia Irusta, del INMA.
El proyecto ha sido financiado por el IIS Aragón en el marco de la convocatoria intramural 'Acción de apoyo del IIS Aragón Covid-19' de 2020 y por la Universidad de Zaragoza dentro del marco de convocatoria de ayudas para proyectos e iniciativas de cooperación al desarrollo en el ámbito universitario 2020.
DATOS DE INTERÉS
El Ejecutivo autonómico ha contado que si bien existe un amplio abanico de mascarillas con eficiencia variable, desde quirúrgicas e higiénicas hasta medias máscaras de protección filtrantes, la mayor parte de las comerciales basan su producción en polipropileno e, independientemente de su capacidad filtrante, se catalogan como no reutilizables. Asimismo, su vida útil es de entre cuatro y seis horas tras un uso continuado, en función de los fabricantes.
Teniendo en cuenta que, según datos de 2020 del Instituto Nacional de Estadística, la población española con edad igual o superior a 6 años asciende a 46.440.788 habitantes, si todos ellos utilizasen dos mascarillas quirúrgicas al día --cumpliendo las recomendaciones--, se generaría un residuo de 232 toneladas al día de polipropileno --2,5 gramos por mascarilla--.