VALENCIA 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que la acción conjunta de las proteínas Pipsqueak y Lola, factores epigenéticos, con el oncogen Notch desencadena la aparición de tumores altamente invasivos.
El hallazgo, cuyos resultados aparecen hoy en la revista 'Nature', demuestra que los cambios epigenéticos juegan un papel decisivo en la aparición y desarrollo de tumores sólidos, porque confirma que el cáncer no se produce exclusivamente por alteraciones genéticas, como se pensaba hasta hace unos años.
La investigación ha sido dirigida por la investigadora del CSIC María Domínguez, del Instituto de Neurociencias de Alicante (centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández de Elche). El trabajo ha contado además con la participación de Jorge Bolivar, investigador de la Universidad de Cádiz.
El cáncer es una enfermedad compleja cuyo origen, hasta hace unos años, se atribuía de forma exclusiva a modificaciones genéticas --mutaciones en la secuencia normal del ADN--.
Recientemente se ha sugerido, en cambio, que las alteraciones epigenéticas también contribuyen a la formación y la progresión de los tumores. Este tipo de alteraciones consiste en modificaciones del ADN y de la cromatina (estructura en la que el ADN se organiza y empaqueta en el núcleo de la célula) que si bien no alteran su secuencia, son heredables.