MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
La mortalidad por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) ha crecido un 11,6 por ciento a nivel mundial entre los años 1990 y 2015, mientras que las muertes por asma en el mismo periodo han caído un 26,7 por ciento.
Así se desprende de los resultados de un análisis publicado en la revista 'The Lancet Respiratory' que muestran como, aunque el asma sigue siendo la enfermedad respiratoria más prevalente, la EPOC es más "mortífera" ya que causa hasta ocho veces más muertes, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
El trabajo, financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates, se ha realizado a partir del estudio sobre la carga mundial de enfermedades 2015, que sitúa a la EPOC como la cuarta causa de muerte en el mundo, por detrás de la cardiopatía isquémica, el cáncer y las neumonías.
Según datos de 2015, la EPOC causa la muerte de 3,6 millones de personas en todo el mundo, mientras que el asma provocó 400.000 defunciones. Además, la prevalencia de ambas enfermedades ha crecido desde 1990, un 44,2 por ciento en el caso de la EPOC y un 12,6 por ciento en el del asma.
"Los números de casos absolutos en todo el mundo han aumentado porque hay más población y a su vez más población envejecida, pero cuando evaluamos la tendencia epidemiológica de ambas enfermedades por tasas de edad estandarizadas, vemos que en realidad se han vuelto menos comunes y menos mortales desde 1990", según Joan Soriano, epidemiólogo y primer firmante de este estudio.
En España la tendencia es similar, ya que el número de fallecidos por enfermedades del sistema respiratorio se incrementó un 18,3 por ciento en 2015, hasta situarse con una tasa de 111,7 muertes por cada 100.000 habitantes, Y aunque la más prevalente es el asma, con 3,1 millones de afectados, la EPOC tiene ya 2,9 millones de pacientes.
Entre las enfermedades respiratorias más prevalentes están el asma, que afecta a más de 3,1 millones de españoles, y la EPOC que afecta a 2,9 millones.
Los principales factores de riesgo que conducen al desarrollo y progresión de la EPOC son el tabaquismo y la contaminación del aire, a los que cabe añadir el uso de combustibles como madera o carbón en interiores para cocinar o calentar el hogar en el caso de los países más desfavorecidos, mientras que las causas del asma son más variadas, con pólenes, alérgenos animales, exposiciones ocupacionales, y hongos, aunque también contribuyen el tabaquismo activo o pasivo y la exposición a ciertos alérgenos en interiores o en la naturaleza.
EVALUAR LA FUNCIÓN PULMONAR PARA DIAGNOSTICARLAS A TIEMPO
"Es crucial que las personas expuestas a estos factores de riesgo acudan a un neumólogo y se sometan a una evaluación de la función pulmonar, pues tanto la EPOC como el asma se pueden diagnosticar con una espirometría y son tratables", según Soriano.
En el caso de la EPOC, ha apuntado este experto, el diagnóstico es vital para controlar la enfermedad, porque el daño que se va produciendo en el tejido pulmonar "llega a ser irreversible y se añade al proceso natural del envejecimiento".
De hecho, ambas enfermedades son una importante causa de discapacidad, ya que en 2015 la EPOC causó el 2,6 por ciento de los años de vida ajustados o perdidos por discapacidad (AVAD), mientras que el asma se asoció al 1,1 por ciento.
En España diversos estudios apuntan que hasta el 73 por ciento de los pacientes que sufren EPOC están sin diagnosticar y, aunque el asma sea menos mortal, los neumólogos destacan que no se debe restar importancia a las crisis asmáticas puesto que cerca de un 2 por ciento de los ingresos en hospitales españoles están producidos por crisis asmáticas y el 80 por ciento son evitables, ya que se deben a un mal control del asma.