MADRID 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
La enzima crítica beta-secretasa1 (BACE1) es conocida por estar eleveda en los cerebros con enfermedad de Alzheimer esporádica (AD, en sus siglas en inglés). Científicos han encontrado niveles elevados de BACE1 en cerebros con deterioro cognitivo leve (MCI, en sus siglas en inglés), lo que sugiere que la actividad de esta enzima es importante para la conversión del deterioro cognitivo leve a AD y puede ser un indicador temprano de la patología, según los resultados de su estudio, que se publicarán en la edición de enero de 'The American Journal of Pathology'.
La comprensión de los eventos tempranos de la AD es la clave para el diagnóstico y tratamiento eficaz. Dos de las principales características patológicas del Alzheimer son las placas neuríticas y los ovillos neurofibrilares, que se utilizan para diagnosticar o confirmar AD en la autopsia. Las primeras, también conocidas como seniles, dendríticas o placas de amiloide, constan de material de deterioro neuronal alrededor de los depósitos de una proteína pegajosa llamada péptido beta amiloide (Abeta, mientras los ovillos neurofibrilares son formas altamente fosforilada de la proteína tau asociada a microtúbulos.
A raíz de descubrimientos anteriores sobre que la actividad de BACE1 y la expresión de la proteína se incrementan significativamente en los cerebros con AD, los investigadores han encontrado altos niveles de actividad enzimática de BACE1 en el tejido cerebral de pacientes con deterioro cognitivo leve, un precursor de la AD. BACE1 es una proteasa aspártica y una enzima crítica que promueve la generación de A*.
En el estudio actual, los científicos examinaron el tejido cerebral en la autopsia de 18 pacientes con AD clínicamente bien caracterizada, 18 pacientes con MCI y 18 pacientes no dementes y encontraron que la actividad enzimática BACE1 aumentó significativamente en ambos cerebros, con MCI y AD.
En 11 de los 18 pacientes del MCI, que se habían sometido a un mini examen de estado cognoscitivo (MMSE, en sus siglas en inglés) antes de la muerte, los niveles de BACE1 en la corteza cerebral aumenaron durante la demencia precoz seguidos de un descenso en picado conforme la disminución de la cognición avanzaba. El aumento de la actividad de BACE1 se correlaciona con los números de placa y el estado de la cognición y, curiosamente, no hay diferencia significativa en la actividad de BACE1 entre MCI y AD.
Los investigadores también hallaron un aumento en el factor de necrosis tumoral alfa (TNFa) en los cerebros de MCI. TNF es una citoquina inflamatoria o célula de señalización proteínica requerida para que la proteína amiloide induzca la muerte neuronal. El examen bioquímico de los tejidos de la autopsia mostró que TNFa en lugar de otras citoquinas aumenta la respuesta de BACE1 a la expresión de la proteína. El aumento de los niveles de TNF en pacientes con MCI y AD no fue significativamente diferente entre sí.
"Hay cada vez más pruebas de que BACE1 está íntimamente involucrada en el desarrollo de la AD", afirma el investigador principal del estudio, Yong Shen, del Centro de Estrategias para Terapéutica Avanzada contra Trastornos cerebrales en el Instituto Roskamp en Florida, Estados Unidos. "Creemos que la actividad de BACE1 precede al diagnóstico clínico de la AD y podría ser un indicador precoz de la disfunción neuronal o patología en AD. Además, puede ser una buena diana terapéutica para la AD, como lo demuestran los últimos estudios clínicos prometedores en inhibidores de BACE1", concluye.