MADRID, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ojo humano incluye un punto ciego inevitable, que es el resultado de que el nervio óptico que envía señales visuales al cerebro debe pasar a través de la retina, creando un agujero en la capa sensible a la luz del tejido. Cuando las imágenes se proyectan en esa ubicación precisa, las perdemos. Ahora, investigadores informan de que este punto ciego puede reducirse con entrenamiento, a pesar de que no se puede evitar el agujero en nuestro campo visual.
Los resultados, detallados en un artículo que se publica este lunes en 'Current Biology', plantean la posibilidad de que métodos similares puedan mejorar la visión en personas con degeneración macular relacionada con la edad, que es la principal causa de ceguera en los países occidentales.
"No teníamos confianza en conseguir reducir la ceguera funcional, ya que no se puede desarrollar fotosensibilidad en el propio punto ciego", explica Paul Miller, de la Universidad de Queensland, en Australia. "Sólo se puede aumentar la sensibilidad en la periferia del punto ciego, pero esto resultó suficiente para lograr una reducción del diez por ciento de la ceguera funcional", anuncia.
Los investigadores entrenaron a diez personas durante 20 días laborables consecutivos en una tarea de dirección de la discriminación en la cual se les presentó una forma de onda sinusoidal a la deriva en un anillo centrado sobre el punto ciego fisiológico de uno de sus ojos. El tamaño del anillo se ajustó de tal manera que los participantes pudieran medir correctamente la dirección de movimiento alrededor del 70 por ciento del tiempo.
Tras la formación, los individuos mostraron mejoras en la capacidad de juzgar correctamente tanto la dirección como el color de la forma de onda. El entrenamiento en un ojo no se transfirió al punto ciego en el ojo no entrenado, lo que sugiere que la mejora no era simplemente una cuestión de practicar la tarea sino más bien, según los investigadores, los datos son consistentes con la idea de que la formación mejora la sensibilidad de las neuronas con campos receptivos que se superponen parcialmente, o se apoyan, en el punto ciego fisiológico.
Como resultado, dicen, el ojo aparentemente se vuelve más sensible a las señales débiles que se originan principalmente desde dentro de la región de la ceguera. Si los protocolos de entrenamiento pueden reducir la ceguera asociada con el punto ciego fisiológico, podrían demostrar una eficacia similar en otros casos de ceguera.
En concreto, estos protocolos de entrenamiento también podrían emplearse para ayudar en la recuperación de la visión junto con otras tecnologías en desarrollo, como el ojo biónico o la terapia de células madre de la retina. Miller dice que planean optimizar aún más su protocolo de formación en las personas con visión normal alrededor del punto ciego fisiológico y después probar su uso en individuos con degeneración macular relacionada con la edad.