MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
El entrenamiento de fuerza gradual y progresivo mejora significativamente el dolor, la calidad de sueño y el nivel de condición física en pacientes con fibromialgia, según u estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Universidad de Las Américas de Santiago de Chile (UDLA), Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) y Universidad de Extremadura (UEX)
En concreto, en el trabajo se ha llevado a cabo un programa de intervención de ejercicio físico centrado en entrenamiento de fuerza, progresivo y gradual en volumen e intensidad, orientado a las actividades diarias. Así, tras 24 semanas de aplicación se ha demostrado que es una opción válida para mejorar algunos de los síntomas determinantes de la fibromialgia, los cuales afectan en mayor medida a la calidad de vida, como son el dolor, la calidad del sueño y la condición física.
El estudio, además, apoya la idea de la fibromialgia como una condición multidimensional, por lo que sus conclusiones señalan que no podemos generalizar en que toda práctica de ejercicio físico es útil, válida y efectiva para paliar todos y cualquier síntoma, sino que los programas se deberían orientar, en la medida de lo posible, a aquellos síntomas que queremos mejorar.
Es por ello, que tal y como se ha demostrado, hay síntomas como la ansiedad que únicamente con el entrenamiento de fuerza no es suficiente para disminuir su impacto sintomatológico. A juicio de los expertos, quizás con intervenciones multidisciplinarias que combinan ejercicio y terapias cognitivas conductuales podrían lograr mayores beneficios en el tratamiento de este síntoma.
La fibromialgia es una enfermedad común caracterizada por una sensibilidad crónica generalizada a los estímulos dolorosos. Junto con el dolor crónico, la manifestación clínica de la enfermedad suele implicar una serie de síntomas físicos y psicológicos como, por ejemplo, un aumento de la fatiga física, ansiedad, y mala calidad del sueño, entre otros.
Las características sintomáticas de la fibromialgia tienen un impacto en la vida diaria y el bienestar de un individuo, lo que limita su capacidad para realizar las tareas cotidianas, el trabajo y las actividades sociales. El impacto global de la fibromialgia es mayor en la salud física que en la psicológica. Por ejemplo, en comparación con otras personas que no padecen fibromialgia, la forma física de las personas con fibromialgia se ve claramente afectada.
El objetivo del estudio ha sido analizar los efectos de un programa de entrenamiento de fuerza (gradual y progresivo, centrado en las actividades diarias), de 24 semanas de duración, sobre distintos síntomas (la calidad del sueño, la fatiga, la intensidad e interferencia del dolor, la condición física y el estado de ansiedad) en pacientes con fibromialgia.
Los resultados obtenidos han demostrado que la práctica de los ejercicios del programa produjo una reducción del dolor, una mejora en la calidad del sueño y un aumento de la funcionalidad física (fuerza, flexibilidad y fitness aeróbico), si bien por el contrario, no se encontraron mejorías en la ansiedad y la fatiga.
"Posiblemente los programas deberían combinarse con terapias cognitivo-conductuales o programas educativos para lograr cambios significativos en estos síntomas, lo que debería confirmarse en futuras investigaciones", han detallado los expertos.
Asimismo, el estudio realizado apoya la idea de que la fibromialgia es una afección multidimensional, esto se refleja en una percepción alterada del dolor musculoesquelético, que a su vez provoca fatiga, discapacidad, ansiedad, trastornos del sueño y una función física deficiente.