MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
La coordinadora de la Unidad de Cardiología Fetal del Servicio de Cardiología Infantil del Hospital Universitario La Paz (Madrid), Lucía Deiros Bronte, ha señalado que "si durante el embarazo la madre presenta condiciones como el crecimiento intrauterino retardado, la diabetes mal controlada, u otras causas que sobrecarguen el corazón fetal, podría marcar cambios anatómicos y funcionales en el corazón del feto que se relacionen en el futuro con eventos cardiovasculares, incluso en la vida adulta".
Aunque ese bebé nazca sano, el entorno fetal al que se ha visto expuesto durante la gestación debe tenerse muy presente, pues si se han dado las mencionadas condiciones, estará sometido a un riesgo cardiovascular superior al resto.
Para la cardióloga fetal, contar con esa información "es muy importante, porque saber quiénes están expuestos a un mayor riesgo cardiovascular permite llevar a cabo actuaciones, tanto en la infancia como en la vida adulta, para disminuir las posibilidades de estos pacientes de sufrir un infarto o cualquier otro evento cardiovascular", así lo ha indicado en el 69 Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo desarrollado, siendo responsable en España del 26,4 por ciento de decesos según las últimas cifras presentadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Otros bebés, concretamente entre seis y 12 por cada 1.000 nacidos vivos, vienen al mundo con anomalías en el corazón. Este órgano es el primero en formarse y resulta esencial para el buen funcionamiento del resto del organismo, porque es el que aporta el oxígeno.
"La malformación cardiaca es la causante de hasta el 50 por ciento de morbilidad grave por malformación en el recién nacido", ha apuntado la experta.
Muchas de las cardiopatías congénitas ya se pueden ver en el primer trimestre de embarazo, con la prueba de screening obstétrico que se hace a todas las embarazadas en la semana 12, pero el corazón sigue desarrollándose, por lo que conviene seguirlo de cerca. En caso de malformación cardiaca, se realizará una ecocardiografía fetal alrededor de la semana 18, aunque, en ciertas madres con factores de riesgo, se puede adelantar.
Durante la mesa de debate del 69 Congreso AEP, la experta ha subrayado que, actualmente, "gracias a la tecnología de imagen avanzada, de la mayor implicación de cardiólogos fetales, y de la ampliación de unidades multidisciplinares, la precisión del diagnóstico es de hasta el 90 por ciento".
Esta altísima fidelidad diagnóstica resulta fundamental, como ha concluido la doctora Deiros, "para poder hacer un correcto asesoramiento a los padres de qué implicaciones tendrá esa cardiopatía en la calidad de vida que va a tener su hijo y si va a precisar intervención quirúrgica, ofreciéndoles todas las posibles opciones en la gestación para que puedan decidir".
"Es necesario destacar que el diagnóstico prenatal disminuye las complicaciones de los futuros bebés con cardiopatías; esto se consigue tras realizar un plan de parto especializado que decide donde debe nacer ese bebe y, si va a precisar un tratamiento médico especializado inmediatamente tras el parto", ha añadido.