MADRID 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
Uno de cada tres españoles (35%) padece alguna enfermedad crónica, un impacto cada vez más creciente que ha provocado que sea motivo de preocupación para el 82 por ciento de los ciudadanos, según un estudio elaborado por Health Dialog España.
Dicho estudio, en el que han participado 800 personas de entre 18 y 85 años, refleja que esta preocupación aumenta entre la población de mayor edad y clases sociales más bajas, en ocasiones justificado porque el 47 por ciento reconoce tener en su entorno algún enfermo crónico y un 10 por ciento cuida personalmente a familiares con alguna dolencia crónica en su hogar.
Esto propicia también que la mayoría de los españoles conozcan qué patologías son consideradas crónicas y tengan un conocimiento exhaustivo sobre ellas. El 92 por ciento de los encuestados, según esta encuesta, cree que precisan de un tratamiento continuado y el 67 por ciento piensa que la situación de los enfermos crónicos mejoraría con algún tipo de ayuda o consulta en su propio domicilio, pues 4 de cada 10 requiere cuidados de terceras personas.
La diabetes, con un 91 por ciento, y el asma, con un 89 por ciento, son las patologías crónicas más conocidas. Sin embargo, menos de la mitad de los españoles considera los dolores crónicos de rodilla, cadera y espalda como enfermedades crónicas, cifra que baja hasta el 38 por ciento en el caso de la depresión.
Cuando se pregunta a los españoles sobre la información que reciben sobre las enfermedades crónicas, un 76 por ciento no se siente lo suficientemente informado sobre los avances y novedades relativos a estas patologías.
Sin embargo, el 93 por ciento otorga importancia a recibir este tipo de información, demanda que se vuelve más significativa entre los enfermos crónicos y las personas que conviven habitualmente con pacientes con estas patologías.
Además, aunque el 81 por ciento de los encuestados afirma saber dónde acudir para resolver las dudas relativas a las enfermedades crónicas, todavía hay casi un 20 por ciento que no lo tiene tan claro, un porcentaje del que, según los autores, se derivan las saturaciones en las consultas, la incorrecta gestión de la enfermedad y el retraso del tratamiento hasta el momento de la crisis.