MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
La presión arterial y su control siguen siendo uno de los mayores desafíos para quienes padecen enfermedad renal crónica (ERC). Mantener unos niveles adecuados puede marcar la diferencia en la evolución del paciente y en su riesgo cardiovascular, pero establecer cuál es la cifra óptima continúa siendo motivo de debate entre los expertos. Ahora, una nueva investigación internacional aporta datos que podrían ayudar a afinar esa respuesta.
Un análisis del ensayo SPRINT (Systolic Blood Pressure Intervention Trial) realizado por la Universidad de California en Davis (Estados Unidos) indica que casi todos los adultos con enfermedad renal crónica (ERC) obtendrían beneficios que superan los posibles riesgos de una presión arterial sistólica objetivo inferior a 120 mmHg en comparación con un objetivo inferior a 140 mmHg. Los resultados se presentan en la Semana del Riñón de la ASN 2025, del 5 al 9 de noviembre en Houston (Estados Unidos).
PRESIÓN ARTERIAL ÓPTIMA EN ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
En un análisis de la relación beneficio-riesgo realizado con 2012 participantes con ERC, los investigadores hallaron que, al predecir los efectos individualizados del tratamiento para múltiples desenlaces y simular las preferencias de los participantes que consideraban los beneficios de la reducción intensiva de la presión arterial (reducción de la mortalidad, los eventos cardiovasculares y el deterioro cognitivo) mucho más importantes que los riesgos relacionados con el tratamiento (como las visitas a urgencias o las hospitalizaciones por lesión renal aguda y síncope), el 100% obtuvo un beneficio neto positivo a favor de la reducción intensiva de la presión arterial.
Al simular que los beneficios y los riesgos tuvieran una importancia intermedia similar, 9 de cada 10 participantes siguieron obteniendo un beneficio neto positivo.
En comparación con las personas con enfermedad renal crónica (ERC) en estadios iniciales (tasa de filtración glomerular estimada de 45 a 59 ml/min/1,73 m2), las personas con ERC más avanzada (de 20 a 44 ml/min/1,73 m2) experimentaron mayores efectos adversos relacionados con el tratamiento al alcanzar un objetivo de presión arterial sistólica más bajo; sin embargo, también obtuvieron mayores beneficios, lo que resultó en un mayor beneficio neto para el grupo con ERC más avanzada.
BENEFICIOS DE REDUCIR LA PRESIÓN SISTÓLICA POR DEBAJO DE 120 MMHG
Estos hallazgos, que concuerdan con las Guías KDIGO, las cuales recomiendan un objetivo de presión arterial sistólica inferior a 120 mmHg para adultos con hipertensión y ERC, podrían ayudar a los pacientes y a sus cuidadores a superar la inercia terapéutica que suele presentarse al intensificar el control de la presión arterial en adultos con ERC.
"Este estudio demuestra que la evidencia sobre los objetivos de presión arterial del estudio SPRINT se puede personalizar para adultos con hipertensión y ERC utilizando los riesgos estimados y las preferencias de cada individuo para múltiples resultados relacionados con la reducción de la presión arterial, lo que podría ayudar a facilitar las conversaciones de toma de decisiones compartidas", comenta el autor correspondiente Alan Vera, estudiante de medicina de la Universidad de California en Davis.