MADRID 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
La enfermedad renal crónica afecta actualmente a más del 10 por ciento de la población española, unos 50.000 pacientes, y consume el 2,3 por ciento de los recursos totales del Sistema Nacional de Salud (SNS). De todos ellos, el 48 por ciento está en un tratamiento de hemodiálisis, el cinco por ciento en diálisis peritoneal y el 47 por ciento necesita un trasplante renal.
Asimismo, la causa más frecuente de la enfermedad renal terminal en España es la diabetes mellitus que afecta, especialmente, a los pacientes de los 45 y los 75 años de edad. En cuanto a su distribución geográfica, Canarias ha sido la comunidad autónoma en la que más personas iniciaron un tratamiento con diálisis en 2010, y Navarra la que menos. Además, con respecto a Europa, España se encuentra en una zona media, con niveles de prevalencia similares a los de Dinamarca o Polonia.
Todos estos datos van a ser mostrados en el XLII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), que se celebra desde este sábado y hasta el 9 de octubre, y que tiene como objetivo presentar los últimos avances científicos relacionados con la especialidad.
"Los profesionales y la población en general deben tener muy presente la prevención, para detectar la enfermedad renal en los primeros estadios y evitar que progrese", ha comentado el presidente de la Sociedad Española de Nefrología, Martínez Castelao.
En este sentido, el experto ha recordado que el trasplante renal sigue siendo la mejor opción terapéutica aunque ha reconocido que este tratamiento "no deja de ser, de alguna manera, el fracaso de lo que no se ha podido conseguir antes". "Cuando un paciente llega a este estado de enfermedad renal crónica significa que no hemos logrado frenar la evolución de la enfermedad", ha comentado.
Por ello, el presidente de la SEN ha insistido en la importancia de la prevención en las llamadas poblaciones en riesgo --los enfermos hipertensos, diabéticos, con enfermedades vasculares conocidas y los que tienen antecedentes familiares de enfermedad renal, entre otros-- para que poder diagnosticar la enfermedad renal que "está oculta, la no conocida, la que no da síntomas".
Así, ha proseguido, se podrá evitar el riesgo cardiovascular en los pacientes, o las lesiones renales que pueden ocasionarse por aplicación inadecuada de medicamentos o exploraciones diagnósticas no adecuadas. "Hay un porcentaje elevado de personas con más de 75 años que no sabe si padece o no de los riñones, por lo que es necesario un trabajo integrado entre Atención Primaria y Nefrología", han comentado el presidente del Congreso, Jesús Vega Díaz, y el vicepresidente, José Carlos Rodríguez Pérez.
Por ello, según los organizadores del Congreso, los retos de la especialidad pasan por un "mejor conocimiento" de la patogenia de las enfermedades glomerulares y los nuevos agentes biológicos, el "mejor control" de la enfermedad renal crónica, la reducción de la tasa de rechazo agudo y el control de las complicaciones del paciente de diálisis y las nuevas modalidades de este tratamiento.