MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) tienen más probabilidades de sufrir un derrame cerebral, según un estudio publicado en la edición online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología, si bien sus autores precisan que su trabajo no prueba que la EII provoque un ictus, sino que sólo muestra una asociación.
La enfermedad inflamatoria intestinal provoca una inflamación crónica de los intestinos. Incluye la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la enfermedad inflamatoria intestinal no clasificada. El estudio ha revelado que las personas con EII tenían un 13% más de probabilidades de sufrir un ictus hasta 25 años después de su diagnóstico que las personas sin EII.
"Estos resultados muestran que las personas con enfermedad inflamatoria intestinal y sus médicos deben ser conscientes de este mayor riesgo a largo plazo --señala el autor del estudio Jiangwei Sun, del Instituto Karolinska (Suecia)--. El cribado y la gestión de los factores de riesgo de ictus pueden ser más urgentes en las personas con EII".
En el estudio participaron 85.006 personas con EII confirmada mediante biopsia. Cada una de ellas fue emparejada con hasta cinco personas del mismo año de nacimiento, sexo y condado de residencia que no padecían EII, hasta un total de 406.987 personas.
Durante un seguimiento medio de 12 años, 3.720 de las personas con EII sufrieron un ictus, frente a 15.599 de las personas que no tenían EII, lo que supone una tasa de 32,6 por 10.000 años-persona para las personas con EII frente a 27,7 para las que no tenían EII. Los años-persona representan tanto el número de personas en el estudio como la cantidad de tiempo que cada persona pasa en él.
Cuando los investigadores tuvieron en cuenta otros factores que podrían afectar al riesgo de ictus, como las cardiopatías, la hipertensión arterial y la obesidad, descubrieron que las personas con EII tenían un 13% más de probabilidades de sufrir un ictus que las que no padecían la enfermedad.
Descubrieron que el aumento del riesgo se debía principalmente al ictus isquémico, causado por una obstrucción del flujo sanguíneo al cerebro, y no al ictus hemorrágico, causado por una hemorragia cerebral.
Dado que tanto la EII como el ictus tienen algunos componentes genéticos que predisponen a la enfermedad, los investigadores también incluyeron en el estudio a los hermanos completos de las personas con EII. Los 101.082 hermanos no tenían antecedentes de EII ni de ictus al inicio del estudio. En consonancia con los resultados principales, las personas con EII presentaban un mayor riesgo de ictus que sus hermanos sin EII. Su riesgo global era un 11% mayor.
"El riesgo elevado de las personas con EII se mantuvo incluso 25 años después de que se les diagnosticara por primera vez, lo que corresponde a un caso adicional de ictus por cada 93 personas con EII hasta ese momento", señala Sun.