MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un reciente estudio avalado por investigadores españoles demuestra que durante el embarazo y el postparto aumenta el riesgo de sufrir depresión; concretamente, entorno al 10 por ciento de las mujeres sufren un mayor número de estos episodios durante el embarazo.
El estudio, que ha sido avalado por el Hospital Clínico San Carlos y la Universidad de Educación a Distancia UNED, y en el que ha colaborado la doctora Huynh-Nhu Le de la Universidad George Washington, ha analizado los datos de 751 pacientes.
Los investigadores recuerdan que la depresión y la ansiedad no se diagnostican porque muchas mujeres no les dan importancia a sus emociones, pues piensan que se deben a los cambios de ánimo temporales que acompañan el embarazo.
"Sabemos por estudios anteriores, que el estigma asociado con la depresión y otras barreras en la búsqueda de tratamiento hace que alrededor del 65 por ciento de las mujeres que sufren depresión durante el embarazo no sean diagnosticadas", afirma la doctora Nuria Izquierdo Méndez, miembro del equipo investigador.
Entre los factores de riesgo, recuerdan que tanto para la depresión prenatal como para la depresión postnatal, así como una extensa lista de variables asociadas significativamente con síntomas depresivos perinatales, existen un amplia gama de factores sociodemográficos, factores psicopatológicos, biológicos, médicos y personales.
Entre los desencadenantes, "la percepción de apoyo social ineficaz o insuficiente, una mala relación de pareja, un incremento de eventos vitales estresantes y complicaciones obstétricas durante el embarazo y el parto", señalan las doctoras Mª Eugenia Olivares, psicóloga Clínica también del Clínico San Carlos, y Mª de la Fe Rodríguez-Muñoz de la UNED.
Lo cierto es que durante años los expertos han creído que las hormonas del embarazo protegían a las mujeres de las depresiones, mientras que se pensaba que era después de tener al bebé, una vez que los niveles hormonales descendían, cuando las mujeres estaban más expuestas a la depresión.
Este estudio, demuestra muestra el rápido incremento de los niveles hormonales que se da al inicio del embarazo puede aumentar el riesgo de depresión antes del parto.
LOS RIESGO DE LA DEPRESIÓN MATERNA
Este tipo de trastorno puede tener implicaciones negativas en el desarrollo de los recién nacidos, así como en la futura relación entre madre e hijo. Por ejemplo, explican, "las madres deprimidas informan niveles bajos de autoeficacia sobre su capacidad y rendimiento como madres, en relación a las que no están deprimidas".
Además, es sabido que las mujeres deprimidas tienden a ser menos positivas y a interactuar menos con sus bebés; asimismo, los bebés terminan siendo menos reactivos, evitan la mirada y presentan un menor número de destrezas durante el tiempo que están interactuando con sus madres; y se ha identificado que los hijos de madres deprimidas tienen un peor rendimiento durante su escolarización e incluso dificultades en el área social a largo plazo, pudiendo continuar estos problemas, aunque la madre mejore.
Por tanto, "este es un problema importante para la salud de las gestantes, aunque parece no recibir el adecuado tratamiento en nuestro profesionales", indica el doctor Miguel Ángel Herraiz, jefe del Servicio de Ginecología Y Obstetricia.
El proyecto en el que han colaborado obstetras, psicólogos clínicos, enfermeras, matrona y expertos de la Unidad de Innovación del San Carlos, se ejecuto en tres áreas, incluyendo la validación de diferentes instrumentos de evaluación, cribado de las pacientes e intervención cognitivo-conductual.