MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
La actividad física regular reduce el riesgo de un ataque cardiaco incluso en zonas con niveles moderados a altos de contaminación, de acuerdo con una nueva investigación publicada en la revista 'Journal of the American Heart Association'.
"Si bien se sabe que el ejercicio reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la contaminación puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluidos ataques cardiacos, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Hasta ahora había pocos datos sobre si la mala calidad del aire contrarrestaba completamente los beneficios protectores de la actividad física en la prevención de los ataques cardíacos", señala Nadine Kubesch, autora principal del estudio e investigadora de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Por eso, investigadores daneses, alemanes y españoles han evaluado los niveles de actividad física al aire libre y la exposición al dióxido de nitrógeno (NO2 contaminante generado por el tráfico) en 51.868 adultos de 50-65 años, comparando actividades autoinformadas y factores de estilo de vida con ataques al corazón. Durante un período de 17,7 años, hubo 2.936 primeros ataques cardíacos y 324 ataques cardíacos recurrentes.
Para estimar la exposición promedio al NO2, los investigadores utilizaron los datos nacionales de monitoreo de la contaminación del tráfico y la cruzaron con la dirección de cada participantes. Así, encontraron que los niveles más altos de contaminación se asociaron con más ataques cardiacos. Sin embargo, el riesgo fue menor entre los que estaban físicamente activos.
El ciclismo durante cuatro o más horas por semana redujo el riesgo de ataque cardíaco recurrente en un 31 por ciento; y hubo una reducción del 58 por ciento cuando se combinaron diferentes tipos de actividad física, independientemente de la calidad del aire.
Aquellos que participaron en deportes de equipo tuvieron una tasa 15 por ciento menor de ataques cardíacos iniciales y hubo una reducción de riesgo del 9 por ciento asociada con el ciclismo, independientemente de la calidad del aire.
En comparación con los participantes con baja exposición residencial al NO2, aquellos que se encontraban en áreas de mayor riesgo tenían un 17 por ciento de aumento en el primer ataque cardíaco y 39 por ciento en los ataques cardíacos recurrentes.
En los participantes que desarrollaron un ataque cardíaco (primero o recurrente), el nivel de exposición promedio al NO2 fue de 18.9 microgramos por metro cúbico de aire con un promedio general de 18.7, que está por debajo del actual límite de NO2 recomendable: 50 microgramos por metro cúbico de aire durante 24 horas.
"Nuestro estudio muestra que la actividad física, incluso durante la exposición a la contaminación del aire, en ciudades con niveles similares a los de Copenhague, puede reducir el riesgo de ataque cardíaco. Por tanto, respalda la evidencia de que incluso los niveles moderados de actividad física regular, como los desplazamientos activos, son lo suficientemente intensos para obtener estos beneficios de salud", ha concluido Kubesch.