Hasta ahora se sabía que podía hacerlo el ejercicio intenso
BARCELONA, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un estudio del instituto de investigación Clínic-Idibaps de Barcelona ha indicado que, en animales sanos, cargas moderadas de ejercicio físico pueden desencadenar fibrilación auricular, una alteración del ritmo cardiaco caracterizada por latidos auriculares rápidos que en algunos casos puede causar ictus.
Aunque esta arritmia se asocia habitualmente a enfermedades cardiovasculares, recientemente se ha identificado el ejercicio de alta intensidad como factor de riesgo "inesperado" en el desarrollo de esta patología, informa el Idibaps en un comunicado de este martes.
El trabajo, publicado en la revista 'EP Europace', va "un paso más allá" e identifica que cargas moderadas de ejercicio también podrían provocar arritmias en determinadas circunstancias.
ESTUDIO DE RATAS
El equipo usó como modelo ratas sometidas a programas de ejercicio de carga moderada o intensa para analizar las consecuencias sobre la estructura y la actividad eléctrica en el corazón.
Los análisis mostraron que la fibrilación auricular inducida por el ejercicio es un fenómeno dependiente de la carga del entrenamiento: en las ratas sometidas a ejercicio moderado, se observo un aumento del tono parasimpático y una dilatación auricular, dos factores que favorecen la aparición de la arrítmia y que pueden detectarse mediante ecocardiografías o electrocardiogramas.
En el caso de las ratas sometidas a ejercicio intenso, además de los factores previos, se detectó fibrosis auricular y una mayor activación de rutas inflamatorias.
Esta inflamación, aún siendo transitoria, podría contribuir a la susceptibilidad a la arritmia y a la progresión de la fibrosis cardiaca.
RESULTADOS
El jefe del grupo de investigación en Arritmias y actividad física del Idibaps y líder del trabajo, Eduard Guasch, ha explicado que los resultados sugieren que una huella específica de biomarcadores inflamatorios podría ser útil para identificar de forma precoz los deportistas con más riesgo de desarrollar fibrilación auricular.
"Nuestro estudio abre la puerta a explorar nuevos biomarcadores plasmáticos como herramienta de detección y monitorización de la arritmia asociada a la actividad física, especialmente en casos de entrenamiento intenso", concluye.