MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio ha demostrado que el ejercicio, que todo el mundo sabe que es bueno para la salud, es más eficaz que cuando quien lo practica cree en su efecto positivo. Esta creencia provoca mayor bienestar que el propio ejercicio.
El psicólogo Hendrik Mothes, del Departamento de Ciencias del Deporte de la Universidad de Friburgo (Alemania), y su equipo han llevado a cabo un estudio que demuestra que quienes realizan ejercicio tienen mejores beneficios neurofisiológicos si tienen una mentalidad positiva acerca del deporte.
Además, según el estudio publicado en la revista 'Journal of Behavioral Medicine', el equipo ha registrado la evidencia de que los participantes en la prueba puede ser influenciados a favor o en contra antes de participar en el ejercicio.
Los investigadores invitaron a 76 hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 32 años a su laboratorio de investigación, donde tuvieron que hacer ejercicio durante 30 minutos en una bicicleta ergométrica. Previamente los participantes habían sido separados en distintos grupos, a unos se les mostró un cortometraje que elogiaban los efectos positivos de la bicicleta y a otros todo lo contrario.
Los investigadores preguntaron a los participantes si ya creían en los efectos positivos de la actividad física antes de comenzar el estudio. Los participantes completaron cuestionarios que les preguntaba acerca de su bienestar y de su estado de ánimo antes y después del ejercicio. Por otra parte, los investigadores midieron la actividad cerebral de los participantes con un electroencefalograma (EEG).
"Los resultados demuestran que creer en cuánto nos va a beneficiar la actividad física tiene un efecto considerable sobre nuestro bienestar, como una profecía autocumplida", resume Mothes.
Los resultados proporcionan así evidencia de un efecto placebo durante el ejercicio: quienes ya creían que la actividad física tiene efectos positivos antes de participar en el estudio disfrutaron del ejercicio más, mejoraron su estado de ánimo y redujeron su ansiedad más que sujetos menos optimistas.
Además, el estudio reveló una diferencia neurofisiológica entre los participantes: de acuerdo con las mediciones de la actividad cerebral, los participantes con mayores expectativas antes del inicio del estudio y los que habían visto una película sobre los beneficios para la salud del ciclismo de antemano estaban más relajados a nivel neuronal.
Los resultados probablemente se pueden aplicar también a otros deportes de resistencia como correr, nadar o esquí de fondo, informa Mothes. "Las creencias y expectativas podría tener consecuencias a largo plazo, por ejemplo en la motivación para participar en actividades deportivas. Pueden ser un factor determinante de si podemos despertar a nosotros mismos para salir a correr de nuevo la próxima vez en lugar de quedarse en casa en el sofá", explica.
Este psicólogo trabaja ya en su próximo proyecto en el que pretende estudiar los efectos adicionales de los modos de pensar e investigar si influye y cómo lo hacen la experiencia del esfuerzo durante la actividad física.