SEVILLA, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio desarrollado en Sevilla y Valladolid sobre una muestra de 98 pacientes ha analizado los resultados del ejercicio físico en pacientes con esteatosis hepática metabólica (EHmet), enfermedad popularmente conocida como hígado graso, tras lo que ha concluido que el deporte "intensivo controlado y supervisado", mejora el estado de los pacientes, incluso cuando no se traduce en pérdida de peso.
Asimismo, el estudio demuestra que la intervención en ejercicio físico es mucho "más eficaz" cuando los pacientes son monitorizados presencialmente, por lo que los autores concluyen que el tratamiento de los pacientes con EHmet debería ser realizado por equipos multidisciplinares con profesionales del deporte y la nutrición, tal como ha recogido la Sociedad Española para el Estudio del Hígado (AEEH) en una nota de prensa.
Los resultados de este estudio son importantes porque, de entre las patologías hepáticas, a los especialistas les preocupa particularmente la progresión del hígado graso, que afecta a más de diez millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 presentarían ya una cirrosis hepática, con el agravante de que aún no han sido diagnosticados.
Un avance "imparable" que es "especialmente alarmante" por su incidencia sobre el cáncer de hígado y por su impacto en adolescentes y jóvenes, segmento en el que estudios recientes han estimado que hasta ocho de cada diez con sobrepeso presentan ya hígado graso y se encuentran en riesgo de desarrollar una cirrosis a edades tempranas. La obesidad y el sobrepeso son, precisamente, junto a la diabetes tipo 2, el colesterol y la presión arterial alta (HTA), los principales factores de riesgo de la EHmet.
La literatura científica había asociado hasta ahora la pérdida de peso a la mejoría de la enfermedad hepática con resolución de la inflamación y regresión de la fibrosis. Sobre esta base, la investigación presentada en el 49 Congreso Anual de la Sociedad Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ha querido evaluar el efecto sobre la fibrosis y esteatosis hepática mediante elastografía por resonancia magnética (MRE) del ejercicio físico intensivo en pacientes con EHmet sometidos a dieta baja en calorías.
Para ello, se incluyeron en la muestra 98 pacientes con EHmet demostrada por biopsia y se aleatorizaron en dos grupos. El primero siguió una dieta mediterránea hipocalórica y ejercicio físico intensivo, estructurado y monitorizado de forma presencial durante 3 meses. El segundo siguió también una dieta mediterránea hipocalórica, pero con recomendaciones estándar de ejercicio físico, sin monitorización presencial, también durante tres meses.
Los pacientes del primer grupo mostraron una "mejoría significativa" en la elastografía y en la infiltración grasa en el hígado, algo que no ocurrió en los del segundo grupo. Perdieron más de 5% del peso en un porcentaje similar en ambos grupos (11/44 en el segundo grupo y 12/48 en el primero). Las conclusiones para los autores son, en primer lugar, que el ejercicio físico intensivo dirigido mejora la fibrosis y esteatosis hepática (grasa en el hígado) independientemente de la pérdida de peso. En segundo lugar, que son "imprescindibles" equipos multidisciplinares con profesionales del deporte y de la nutrición en el tratamiento de los pacientes con EHmet.
La intervención de equipos multidisciplinares con profesionales expertos en deporte y nutrición adquiere una mayor justificación si cabe por el relevante impacto socio-económico de esta patología, que, según algunos estudios, se estima entre 3.600 millones y 5.600 millones en función de si se incluyen o no los gastos de estos pacientes asociados a otras enfermedades.
Para los expertos de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, estos resultados "exigen el esfuerzo" de acometer una estrategia nacional que sirva para "revisar, ajustar y diseñar" las políticas de prevención, cribado y detección precoz de todas las enfermedades hepáticas y, en particular, de la patología del hígado graso, cuyo abordaje requiere no sólo de nuevas estrategias en materia de cribado, sino también de un seguimiento mucho más multidisciplinar.
Si los expertos prevén que el hígado graso va a convertirse en la principal causa de cáncer de hígado en menos de una década es porque la presencia de cáncer de hígado en pacientes con hígado graso en España se ha triplicado en la última década. El cáncer de hígado es el segundo tipo de cáncer que más años de vida resta a la población y cada año se diagnostican en España 6.600 nuevos casos de cáncer de hígado, la mitad ya en estadios avanzados, lo que reduce cinco veces sus posibilidades de supervivencia.
El cáncer de hígado representa el 2,3% de todos los tumores y el sexto en orden de frecuencia, pero el temor de los especialistas es que su prevalencia crezca si no se frena la epidemia de hígado graso ligada a obesidad y diabetes. El hepatocarcinoma es el tumor primario del hígado más frecuente, suponiendo entre el 80-90% de los casos de esta patología, seguido del colangiocarcinoma. Sobre todo ello se está debatiendo en el 49 Congreso de la Asociación Española del Estudio del Hígado (AEEH), que ha reunido a más de 900 especialistas en Madrid para abordar los principales retos en relación con el abordaje de las patologías del hígado.