MADRID 28 May. (EUROPA PRESS) -
El paciente oncológico debe realizar ejercicio físico porque mejora las defensas del organismo, ayudando a la recuperación y evitando complicaciones clínicas colaterales diferentes la motivación personal y la autoestima; incremento en las relaciones sociales y mayor capacidad de empatía; y aumento del bienestar personal y de la felicidad, según han señalado expertos durante la jornada 'Deporte y enfermedades oncológicas, una alianza en beneficio del paciente'.
"Los principales beneficios del ejercicio físico para el paciente oncológico son fundamentalmente cuatro: mejora de las defensas del organismo, ayudando a la recuperación y evitando complicaciones clínicas colaterales; mejora en la motivación personal y, por ende, de la autoestima; incremento en las relaciones sociales y mayor capacidad de empatía; y aumento del bienestar personal y de la felicidad", ha explicado el doctor Carlos Hué, vicepresidente Europacolon España y profesor asociado de Psicología en la Universidad de Zaragoza.
Durante el encuentro, organizado por la Escuela de Estudios Universitarios Real Madrid-Universidad Europea de Madrid, la doctora Margarita Feyjoo Saus, jefa del Servicio de Oncología del Hospital Sanitas La Moraleja, señala que "con la práctica del deporte como rutina, el paciente llega a reconciliarse consigo mismo y vence alteraciones que provoca su enfermedad como la astenia y alteración del esquema corporal, que hacen que con frecuencia el paciente esté desestructurado y con una importante disociación cuerpo-mente".
"Gracias al deporte, el paciente puede hacer frente a las alteraciones corporales físicas y no físicas asociadas a su enfermedad, y tratamientos y alcanzar un estado emocional positivo, experimentando como evoluciona su cuerpo con el ejercicio, palparlo y compartir su corporalidad con los demás", afirma.
Por otra parte, la doctora Margarita Pérez Ruíz, profesora de Fisiología de Ejercicio de la Universidad Europea de Madrid, explica que "la fatiga una de las quejas más comunes de las personas diagnosticadas de cáncer y de los supervivientes de esta enfermedad".
Este síntoma aparece especialmente en los individuos que se encuentran bajo tratamiento. De hecho, "la mayoría de los pacientes oncológicos sufre fatiga durante y después de la quimioterapia, de la radioterapia y/o de la terapia hormonal", apostilla esta experta.
Estudios recientes sugieren que la fatiga puede originarse por alteraciones en los sistemas energéticos musculares causadas por el cáncer y su tratamiento, afirmación que la doctora Margarita Pérez Ruiz completa señalando que la inactividad también "parece ser uno de los desencadenantes de la fatiga, la debilidad y la pérdida de capacidades funcionales, así como de la disminución de la calidad de vida que experimentan los pacientes y los supervivientes de esta enfermedad".