MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
La enfermedad de Alzheimer es una de las más temidas sin, hasta ahora, posibilidad de evitar su aparición o frenar sus efectos. Sin embargo, un gen relacionado con ella puede mostrar sus efectos sobre el cerebro y la capacidad de pensar ya en la infancia y, al mismo tiempo, podría constituir una puerta a la posibilidad de frenar o posponer su aparición.
Diversos estudios ya han mostrado que las personas con la variante épsilon 4 del gen de la apolipoproteína-E son más propensos a desarrollar la enfermedad de Alzheimer que las personas con las otras dos variantes del gen, épsilon 2 y 3.
Según concluye un nuevo análisis publicado en la edición digital de este jueves de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología, ha demostrado ahora que ese gen, también relacionado con la recuperación después de una lesión cerebral, puede generar efectos en el cerebro desde los primeros años de vida.
"El estudio de estos genes en los niños pequeños puede, en última instancia, darnos los primeros indicios de que pueden estar en riesgo de demencia en el futuro y, posiblemente, incluso ayudarnos a desarrollar formas de evitar que ocurra la enfermedad o retrasar el inicio de la patología", dice la autora del estudio, Linda Chang, de la Universidad de Hawai en Honolulu, Estados Unidos, y miembro de la Academia Americana de Neurología.
Para el estudio, se reclutó a 1.187 niños de 3 a 20 años con pruebas genéticas y escáneres cerebrales y se les realizaron pruebas de sus habilidades de pensamiento y memoria. Los niños no tenían trastornos cerebrales u otros problemas que podrían afectar a su desarrollo cerebral, como la exposición prenatal a las drogas.
Cada persona recibe una copia del gen (épsilon 2, 3 o 4) de cada padre, por lo que hay seis posibles variantes de genes: épsilon2épsilon2, épsilon3épsilon3, épsilon4épsilon4, épsilon2épsilon3, épsilon2épsilon4 y épsilon3épsilon4. El estudio encontró que los niños con cualquier tipo de gen épsilon4 tenía diferencias en su desarrollo cerebral en comparación con los niños con formas 2 y 3 del gen, concretamente en las áreas del cerebro que a menudo se ven afectadas por la enfermedad de Alzheimer.
PEOR FUNCIÓN EJECUTIVA Y MEMORIA DE TRABAJO
En los niños con el genotipo épsilon2épsilon4, el tamaño del hipocampo, una región del cerebro que juega un papel importante en la memoria, fue aproximadamente un 5 por ciento más pequeño que el hipocampo en los niños con el genotipo más común (épsilon3épsilon3). Los niños menores de 8 años y con el genotipo épsilon4épsilon4 normalmente presentaban medidas inferiores en un escáner cerebral que muestra la integridad estructural del hipocampo.
"Estos hallazgos reflejan volúmenes más pequeños y una disminución más pronunciada del volumen del hipocampo en los ancianos que tienen el gen épsilon4", dice Chang. Además, algunos de los niños con épsilon4épsilon4 o épsilon4épsilon2 tuvieron puntuaciones más bajas en algunas de las pruebas de memoria y habilidades de pensamiento.
En concreto, los niños más pequeños con épsilon4épsilon4 registraron puntuaciones un 50 por ciento más bajas en las pruebas de función ejecutiva y memoria de trabajo y algunos de los niños más jóvenes con épsilon2épsilon4 tenían hasta puntuaciones un 50 por ciento más bajas en las pruebas de atención. Sin embargo, los niños mayores de 8 años con estos dos genotipos obtuvieron resultados similares y normales en comparación con los otros niños.
Entre las limitaciones del estudio, los autores señalan que fue transversal, lo que significa que la información es de un punto en el tiempo para cada niño y que algunas de las variantes genéticas raras, como épsilon4épsilon4 y épsilon2épsilon4 y los grupos de edad no incluían muchos niños.