MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una investigación del Instituto Max Planck de Harvard, publicada en 'Cell Metabolism', ha demostrado en ratones que la comunicación en el cerebro cambia durante una dieta ya que las células nerviosas que median en la sensación de hambre reciben señales más fuertes, de modo que se come mucho más después de la dieta y se engorda más rápidamente.
Muchas personas que han hecho dieta están familiarizadas con este efecto 'yo-yo' que consiste en que, después de la dieta, los kilos se recuperan más rápidamente.
A largo plazo, los nuevos hallazgos podrían ayudar a desarrollar fármacos que impidan esta amplificación y ayuden a mantener un peso corporal reducido después de hacer dieta.
"La gente se ha fijado sobre todo en los efectos a corto plazo tras una dieta. Nosotros queríamos ver qué cambia en el cerebro a largo plazo", explica el investigador del Instituto Max Planck de Investigación del Metabolismo, que dirigió el estudio, Henning Fenselau.
Para ello, los investigadores sometieron a los ratones a una dieta y evaluaron qué circuitos del cerebro cambiaban. En concreto, examinaron un grupo de neuronas del hipotálamo, las neuronas AgRP, conocidas por controlar la sensación de hambre. Pudieron demostrar que las vías neuronales que estimulan las neuronas AgRP enviaban más señales cuando los ratones seguían una dieta. Este profundo cambio en el cerebro pudo detectarse durante mucho tiempo después de la dieta.
EVITAR EL EFECTO 'YO-YO'
Los investigadores también consiguieron inhibir selectivamente las vías neuronales de los ratones que activan las neuronas AgRP. El resultado fue un aumento de peso significativamente menor tras la dieta. "Esto podría darnos la oportunidad de disminuir el efecto yo-yo", asegura Fenselau.
"A largo plazo, nuestro objetivo es encontrar terapias para humanos que puedan ayudar a mantener la pérdida de peso corporal tras una dieta. Para lograrlo, seguimos explorando cómo podríamos bloquear los mecanismos que median en el fortalecimiento de las vías neurales también en humanos", asegura el investigador.
En el presente estudio, los investigadores descubrieron que "la conexión física de neurotransmisores entre estas dos neuronas, en un proceso denominado plasticidad sináptica, aumenta enormemente con la dieta y la pérdida de peso, y esto conduce a un hambre excesiva duradera", comenta el coautor Bradford Lowell, de la Facultad de Medicina de Harvard.