Demuestran que los niños tienen que ser activos para alcanzar su máximo potencial
MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
Practicar ejercicio de forma regular mejora la habilidad de los niños con sobrepeso para pensar, hacer planes y estudiar matemáticas, según un estudio de la Georgia Health Sciences University, en Estados Unidos, que se publica en 'Health Psychology'.
Según Catherine Davis, psicóloga del Instituto de Prevención de esta universidad de Georgia y autora de este trabajo, esperan que estos descubrimientos, realizados en 171 niños con sobrepeso entre los 7 y los 11 años --todos sedentarios al inició el estudio--, den a los educadores "la evidencia necesaria" de la importancia de practicar una actividad física regular y vigorosa durante la jornada escolar.
"Espero que estos descubrimientos puedan ayudar a restablecer el importante papel de la actividad física en las escuelas a la hora de ayudar a los niños a estar bien físicamente y agudos mentalmente", indica Davis, quien ha insistido en que, "para que los niños puedan alcanzar su máximo potencia, necesitan ser activos".
Para medir su condición, los investigadores utilizaron el Sistema de Valoración Cognitiva y el Test Woodcock-Johnson que valora habilidades como la capacidad de planificar y las capacidades académicas, en materias como las matemáticas o la lectura. Un conjunto de niños recibió una imagen de resonancia magnética funcional que destacaba el aumento o descenso de la actividad en varias áreas del cerebro.
Las imágenes de resonancia magnética mostraron que quienes practicaron deporte aumentaron su actividad cerebral en el cortex prefrontal, un área asociada con el pensamiento complejo, la toma de decisiones y el comportamiento social correcto. Asimismo, bajaba su actividad en un área del cerebro que se sitúa tras el cortex. El cambio parece generar un desarrollo rápido de habilidades cognitivas, dice.
PRACTICAR EJERCICIO DURANTE 40 MINUTOS
Cuanto más ejercicio se practica, mejores son los resultados. En concreto, los resultados en test de inteligencia aumentan una media de 3,8 puntos en aquellos menores que practicaban ejercicio durante 40 minutos al día después del colegio durante tres meses, con menores beneficios entre aquellos niños que hacían ejercicio durante 20 minutos diarios.
La actividad en la parte del cerebro responsable de la denominada función ejecutiva aumenta también en niños que practicaban deporte. "En niños --según Davis-- nunca se sabe qué impacto va a tener la mejora de su habilidad para controlar la atención, para comportarse mejor en la escuela y hacer mejores elecciones". "Quizá ellos podrían acabar teniendo más posibilidades de permanecer en la escuela y no meterse en problemas", apunta.
Mejoras similares se vieron en las habilidades de los niños para las matemáticas. Sin embargo, no se observaron mejoras en su capacidad de lectura. Los investigadores destacaron que las mejoras en las matemáticas logradas eran "notables" desde que no recibían lecciones de esta materia, lo que sugiere que intervenciones más prolongadas podrían producir incluso mejores resultados.
Los niños que siguieron los programas de ejercicio realizaron juegos en los que tenían que correr, juegos con aros y combas, aumentado sus ritmos cardíacos hasta el 79 por ciento como máximo, lo que se considera un ejercicio vigoroso.
Las mejoras cognitivas fueron generadas por la estimulación cerebral más que como resultado de las mejoras cardiovasculares, como un incremento del suministro de sangre y oxígeno, dijo Davis, para quien "no se puede mover el cuerpo sin el cerebro".
Los investigadores tienen la hipótesis que de que esta vigorosa actividad física promueve el desarrollo de sistemas cerebrales que están detrás de la comprensión y el comportamiento.
Estudios realizados en animales han demostrado que la actividad aeróbica aumenta los factores de crecimiento, con lo que el cerebro consigue más vasos sanguíneos, más neuronas y una mayor conexión entre neuronas. Otras investigaciones realizadas en adultos mayores han demostrado que el ejercicio beneficia al cerebro.